Los niños deberán adquirir una visión islámica del mundo y "valorar positivamente su pertenencia a la Umma". La lista de contenidos curriculares solo habla de España para ponderar su herencia árabe, la presencia islámica y sus antiguas mezquitas.
En el Boletín Oficial del Estado del 11 de diciembre de 2014 se publicó la resolución de la Dirección General de Evaluación y Formación Profesional, por la que se publica el currículo del área Enseñanza Religión Islámica de la Educación Primaria, determinado por la Comisión Islámica de España (CIE)[1].
En la introducción se enumeran las competencias de los “niños y niñas” que serán potenciadas en el área (lingüística, digital, aprender a aprender, matemáticas, ciencia y tecnología). Las competencias “sociales y cívicas” ayudarán a los “alumnos y alumnas de estas edades” (seis a doce años) a comprender el mundo en que viven según las enseñanzas islámicas. El área promoverá su imaginación así como el diálogo, el trabajo en equipo, el respeto a las ideas ajenas y la sensibilidad a las necesidades de los demás, “que es al fin y al cabo, uno de los valores más importantes que predica el islam”.
La CIE quiere que arraigue en los niños la fe en Al-lah (sic); que lean, reciten y memoricen fragmentos del Corán, conozcan al Profeta, aprendan normas de conducta tomando su vida como ejemplo, conozcan y practiquen el islam y utilicen sus “valores y actitudes” como medio para acercarse a las distintas culturas, religiones y sociedades, resolver pacíficamente los conflictos y lograr una mejor convivencia.
Aprenderán a apreciar los “valores básicos que rigen la vida y la convivencia humana, desde la perspectiva islámica”, sin olvidar las llamadas materias transversales, como el desarrollo sostenible y medio ambiente, discapacidad, igualdad efectiva entre hombres y mujeres, prevención de la violencia de género o resolución pacífica de conflictos, ni los valores que sustentan la libertad, la justicia, la paz, la democracia y el respeto a los derechos humanos.
A primera vista, parece que la CIE quiere formar musulmanes tolerantes y pacíficos, apoyándose en el multiculturalismo para articular la doctrina islámica con las leyes españolas. Habla de las “culturas presentes en nuestra sociedad multicultural” y evita cuidadosamente el término pluralismo, que sustituye por “pluralidad”. Los artículos de la fe y sus prácticas se intercalan con elogios a la diversidad: “en la variedad de las razas hay enriquecimiento social y cultural” (p. 101218, estándar 1.3), “el islam favorece el acceso y conocimiento de la pluralidad social” (p. 101221, criterio 18), hay que despertar “el respeto y la defensa en la pluralidad religiosa y cultural de España” (p. 101226, criterio 7). Las palabras “sharia” y “yihad” no aparecen en el documento.
No podemos saber si los términos justicia, igualdad, paz,derechos, deberes o libertad religiosa significan para los autores del texto lo mismo que para un lector español no musulmán porque el texto omite toda referencia expresa a nuestro sistema jurídico- político.
Afirma que todos somos “iguales ante Al-lah” y que “la única diferencia es el grado de fe ante Al-lah”, pero ¿qué significa esto exactamente?
Los niños deben adquirir una visión islámica del mundo y “valorar positivamente su pertenencia a la Umma”. La lista de contenidos curriculares incluye la educación para la paz y la solidaridad, el consumo responsable, el desarrollo sostenible y “la igualdad y oportunidades de ambos sexos” (sic). Pero solo habla de España para ponderar su herencia árabe, la presencia islámica, su “pluralidad religiosa y cultural” y sus mezquitas, como las de Córdoba, Sevilla o Granada, que los alumnos deben conocer. Ahora que arrecia la campaña para que la catedral de Córdoba deje de serlo, nos preguntamos: ¿a qué mezquitas se refiere?
¿Es prudente abrir la escuela pública al adoctrinamiento islámico? ¿Quién garantiza que se verá libre de la propaganda radical? En la introducción al currículum se nos dice que el área trata del “rechazo a la violencia terrorista” y de “cualquier tipo de violencia”, pero no condena expresamente el terrorismo yihadista ni contiene juicio alguno sobre los líderes, organizaciones o corrientes que lo predican. Este asunto tampoco se incorpora a los contenidos, criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables.
El profesor Raad Salam Naaman, cristiano iraquí, español desde 1999 y especialista en el islam, nos cuenta en su recomendable blog[2] que se le ocurrió traducir al árabe el currículum al árabe y enviárselo a parientes y amigos cristianos y a conocidos musulmanes en Irak, preguntándoles quién imaginaban que lo había escrito. “La respuesta –escribe– fue muy sorprendente, mis hermanos me señalaron que seguramente su autor es un imam salafista o wahabista. Algunos familiares y amigos me contestaron que es un imam musulmán fanático vinculado a los Hermanos musulmanes. Por último, un conocido mío, musulmán practicante que vive en Irak, me indicó que sería de un buen predicador musulmán, celoso de su Fe y buen siervo de Allah. Cuando les respondí que este argumento, es una nueva ley del Estado Español, tanto mis hermanos como mis familiares y amigos cristianos de Irak, todos asombrados me preguntaron si el Califato Islámico había llegado a España. El musulmán, mi conocido, me contestó con gran alegría ¡Allah Akbar, Dios es Grande, Al Andalus ha sido liberada!”
Según un estudio del Departamento de Inteligencia de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas (ESFAS), fechado en 2010[3], la mayoría de los musulmanes considera las interpretaciones que justifican la violencia como deformaciones del Corán, limitadas a los grupos más intransigentes dentro de las corrientes islamistas. ¿Piensa la CIE que los niños de Primaria no deben ser instruidos al respecto? ¿Es que el gobierno español no tiene nada que decir sobre qué interpretación del islam va a enseñarse en la escuela que pagamos todos?
El estudio dice que “es fundamental para vencer a este enemigo desacreditar la ideología que lo impulsa y mantiene”. Pues bien, ¿no habría que empezar por la escuela? Más aún, de acuerdo con nuestra Constitución, la ley de Libertad Religiosa y el principio de reciprocidad, ¿no debería la CIE, que se declara islámica y española, reivindicar esa misma libertad para los cristianos y los fieles de otras confesiones perseguidos hoy en tantos países islámicos?
[1] http://www.boe.es/boe/dias/2014/12/11/pdfs/BOE-A-2014-12886.pdf
[3] “Islamismo radical en España”. Escuela Superior de las Fuerzas Armadas (ESFAS), Departamento de Inteligencia, 9 de mayo de 2010. http://www.defensa.gob.es/ceseden/Galerias/esfas/destacados/en_portada/ISLAMISMOx20RADICALx20ENx20ESPANA.pdf