La derecha hace lo que la izquierda no osa

Bush interviene en el mercado hipotecario: cinco años sin subidas de tipos

Positiva y aleccionadora es la decisión del Presidente de los Estados Unidos de intervenir, en directo y sin consulta ajena, en el mercado del dinero y en apoyo de los hipotecados. Se une de esta forma a la iniciativa Sarkozy, que parece haber caído en el vacío por la indiferencia de los demás jefes de Estado comunitarios. Aunque los hipotecados son un colectivo numeroso afectado en directo por decisiones que lo empobrecen y que nacen de una sola mano, los partidos políticos se callan: en ninguno de los programas en España se hace alusión al tema.

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Manuel Funes Robert
 
Honrosa excepción la de Duran i Lleida, el único político importante que ha clamado contra esa agresión continua que ha costado a la población comunitaria cerca de100.000 millones de euros. El temor reverencial al sistema financiero, beneficiario en frío de las levas gigantes creadas por las subidas, y el creer que el asunto no está en sus manos, puede explicar a medias esta indiferencia y pasividad de los partidos españoles.
 
Ciertamente los intereses en EEUU están más altos que en la UE, pero la revalorización del euro no sólo está dañando a los hipotecados, sino también a la industria europea, como destinataria de ese daño tan localizado y tan absurdo como es el de luchar contra la inflación elevando los tipos. Digo esto a diario porque a diario se dice lo contrario, y a fuerza de repetir el error a las gentes no peritas se les acaba por convencer, haciéndoles creer que su ignorancia les impide apreciar el favor que se les hace.
 
No hay razón para subir los tipos
 
Bush prohíbe por mera y simple decisión presidencial que suban en cinco años los intereses. Y la Reserva Federal (FED) prepara nuevas bajadas. A Trichet, en el Banco Central Europeo (BCE), se le contiene y reprime a duras penas; sigue deseando volver a subirlos. Pero tiene un arma a su alcance para conseguir lo que desea, que es transferir masivamente la renta comunitaria del sector productor –empresarios y obreros- al sector financiero. Ese arma es colaborar a la subida del Euribor. El interbancario puede bajar drásticamente y cuanto quiera el BCE, simplemente con prestar a los bancos, no al 5% como lo hace ahora, sino al 3 o al 2. Los fondos que presta los obtiene gratis mediante la colaboración gratuita de la imprenta de la que nace todo billete que viene a este mundo.
 
A diferencia del prestamista privado, que tiene que prestar a un interés mayor que el que tiene que pagar por los fondos que recibe, aquí no hay acreedor alguno, ni fecha de obligatorio cumplimiento del préstamo.
 
Donges, en la conferencia citada en mi artículo anterior, dijo en respuesta a mi interpelación que, según mi tesis, el tipo de interés podía ser nulo. Y en efecto, el Japón lo hizo. Nuestro conferenciante dijo que el tipo de interés tiene la misión de atraer ahorro. Y en efecto, en los tiempos anteriores a la revolución de los 30, el ahorro era la única fuente de financiación y el tipo de interés era el precio de equilibrio entre la oferta de fondos procedentes del ahorro y la demanda de fondos procedentes de la inversión. Pero ese esquema quedó deshecho en cuanto apareció la política monetaria, apoyada en la financiación como variable política. Y hoy, el ahorro cuenta como fuente de fondos, pero ya no en exclusiva. Esa fuente histórica se encuentra acompañada de la oferta de disponibilidades líquidas, que todo banco central tiene como posibilidad y misión.
 
Para crecer se necesita invertir, para invertir se necesita ahorrar, y para ahorrar… se necesita crecer. Es el esquema histórico roto con la introducción y aparición del keynesismo en la historia. Bush y la FED entienden y aplican la revolución monetaria del siglo pasado; en la UE, Trichet y Donges no se han enterado.

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