El escritor francés Antoine Bueno acaba de publicar que lleva por título El pequeño libro azul. En el mismo considera que la sociedad de los Pitufos constituye un auténtico régimen totalitario. Según esta lumbrera de la historia y la sociología, la sociedad de los Pitufos ideada por el dibujante belga Peyo, representa "un arquetipo de la utopía totalitaria, impregnada de estalinismo y nazismo".
La cosa está muy clara. Los "Schtroumpf" (como en francés se llama a los Pitugos) viven en una sociedad totalmente autárquica, cerrada en sí misma y autosuficiente. Todos los Pitufos trabajan juntos para la comunidad (¡horror!, ¡vade retro!, ¡la comunidad!, ¡no hay nada como las masas de individuos atomizados!), y desconocen al mismo tiempo la propiedad privada. Además, son guiados por un líder único y respetado, papá Pitufo, que representa el ideal de una figura paternalista, con pelo blanco y muy benevolente, pero muy autoritario a la vez.
Según el periódico italiano La Repubblica , por si tales horrores fueran poco, los Pitufos son “racistas”, pudiéndose ver en su sociedad una especie de elogio raza aria o indoeuropea. ¿La prueba? Una de las pocas Pitufinas es rubia. Los Pitufos también consideran a los negros como una calamidad. Además, se pueden descubrir en su archienemigo, Gargamel, ciertos rasgos semitas, sin olvidar el hecho de que es propietario de un gato maligno llamado Azrael.
En fin, vivir para ver… ¡Arranquen, padres vigilantes, de las manos de sus inocentes retoños cualquier imagen de esa artera invasión de lo nazi! La famosa reductio ad Hitlerum, como la calificó el gran filósofo judío Leo Strauss, no sólo funciona en el ámbito político y cultural. Llega hasta a los pobres Pitufos.
