¿Conoce usted de sobra el Museo del Prado? Mejor: así lo podrá recordar y recorrer una vez más. Incansablemente. Como se pueden, como se deben recorrer, una y mil veces, las grandes obras del arte: lo más importante, lo más esencial de la vida: ahí donde se concentra la quintaesencia de lo que es y de por qué es (sí, de acuerdo, los mercaderes piensen todo lo contratio). ¿No conoce aún demasiado bien el madrileño Museo del Prado? ¡Excelente ocasión para descubrirlo! Y, además, con una gran ventaja: ninguna multidu de turistas no se le va a poner delante de "Las Meninas". El ruido de su parloteo tampoco.
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Las maravillas del Museo del Prado
¿Conoce usted de sobra el Museo del Prado? Mejor: así lo podrá recordar y recorrer una vez más. Incansablemente. Como se pueden, como se deben recorrer, una y mil veces, las grandes obras del arte: lo más importante, lo más esencial de la vida: ahí donde se concentra la quintaesencia de lo que es y de por qué es (sí, de acuerdo, los mercaderes piensen todo lo contratio). ¿No conoce aún demasiado bien el madrileño Museo del Prado? ¡Excelente ocasión para descubrirlo! Y, además, con una gran ventaja: ninguna multidu de turistas no se le va a poner delante de "Las Meninas". El ruido de su parloteo tampoco.
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