La primera medida para salir de la crisis tiene que ser política y no económica.
En estos momentos lo que se necesita es un gran cambio político, y me da igual que sea a la izquierda, derecha, arriba o abajo, lo que se necesita es un cambio político.
Siendo objetivos y después del resultado de las elecciones autonómicas y municipales el cambio político puede venir de la mano del partido popular. Pero, si el presidente actual no adelanta las elecciones, y las pospone hasta el primer trimestre del 2012, nos seguiremos arrastrando en el fango, y cuando te arrastras primero te manchas pero luego empiezas a sangrar.
Tenemos que solucionar un problema, y no me quiero poner ideológico sino solo pragmático, este problema es el elevadísimo desempleo que tenemos actualmente. Debemos observar los países que tienen menos paro en el mundo, después de comprobarlo, vemos que los que tienen un sistema con mayor flexibilidad laboral son los que menos desempleo tienen.
No quiero dar con esta opinión la errónea impresión (o quizás si) que quiero abolir la ultima herencia del franquismo, la protección laboral, tan férreamente defendida por los sindicatos de izquierdas (lo que cambia la película).
Pero aplicar medidas de flexibilidad laboral implica ir en contra de uno de los poderes facticos más importantes de este país, que son los sindicatos y ya saben los sindicatos utilizan un medio coercitivo de suma eficacia, la calle.
He dicho varias veces que el anterior gobierno popular cometió un inmenso error cuando, casi a finales de su segunda legislatura, intento hacer una pequeña modificación laboral. La respuesta de los sindicatos no se hizo esperar, amenazaron con la calle. El gobierno se acongojo y suspendió la modificación de la ley laboral. Aquí es donde la izquierda vio el cielo abierto, vio que la calle funcionaba, y así fue como acabo con el gobierno del PP, haciendo presión en la calle.
Una vez más la calle fue la protagonista de la acción política en España. Yo pensaba que en democracia solo vale una acción política, las urnas.
El último intento de hacer de la calle el protagonista político ha sido antes de las elecciones regionales con el movimiento 15-M (creo que se llama así). Pero claro la gente aprende…