Garzón impulsa el proceso
En fin de semana de puente festivo, y con un parto principesco en cabecera de la actualidad, el juez Garzón ha decidido que ANV no mantiene vínculos con ETA-Batasuna y puede, por tanto, presentar listas a las elecciones municipales. De esta manera Garzón abre las puertas de los ayuntamientos vascos a la “izquierda abertzale”, es decir, a la órbita política de ETA, que había sido expulsada de allí por la Ley de Partidos. El retorno a las instituciones era uno de los elementos clave de la negociación entre ETA y el Gobierno. Ya es cosa hecha. Por el camino, queda la deplorable impresión de que el sistema ha interpretado las leyes de la forma más favorable posible a un partido político que, según Garzón, carece de vínculos con ETA-Batasuna, pero que, según la policía, sí los posee. La resolución del juez-estrella combina extraordinariamente bien con los propósitos del Gobierno Zapatero. Y supone un duro golpe tanto para las víctimas del terrorismo como para la dignidad del Estado, pues todo esto equivale a otorgar legitimidad política a las posiciones de la banda terrorista ETA. Nunca ha estado más justificada la protesta popular.
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