Que no confundan a la gente

“Educación para la Ciudadanía” y la Institución Libre de Enseñanza

Con frecuencia se invoca a la Institución Libre de Enseñanza y a sus fundadores para apoyar la política educativa del Gobierno y especialmente la implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Pero la Institución Libre de Enseñanza fue una creación del siglo XIX que nació como una iniciativa libre, no estatal. Es más, en el origen de esta institución está la reacción de algunos profesores (Giner de los Ríos, Azcárate, Salmerón…) que abandonan la Universidad ante las injerencias del Estado, que les había privado de sus cátedras en los tiempos de la famosa “cuestión universitaria”, precisamente por defender la libertad de enseñanza y de conciencia.

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Ignacio Carbajosa
 
En los estatutos redactados en 1876 se dice que “la Institución es completamente ajena a todo espíritu o interés de comunión religiosa, escuela filosófica o partido político; proclamando tan sólo el principio de la libertad y la inviolabilidad de la ciencia y de consiguiente independencia de su indagación y exposición respecto de cualquier otra autoridad que la de la propia conciencia del Profesor”.
 
Es triste constatar que el socialismo español, que se considera heredero del espíritu de la Institución, ha abandonado el adjetivo “Libre” de la misma. En efecto, desde que alcanzó el poder ha intentado imponer a todos una cierta visión de la realidad y un determinado modelo educativo. Durante largos años, la Institución Libre de Enseñanza gastó energía, tiempo e ilusión sin pretender que su educación pasara por la hegemonía del Estado. Sin embargo, hoy ¿dónde está el socialismo que educa? ¿Dónde crea colegios arriesgando tiempo, ilusión y dinero? ¿Dónde toma una iniciativa como la de la Institución Libre de Enseñanza?
 
La asignatura Educación para la Ciudadanía es otro ejemplo de esta tendencia estatalista a confundir la propuesta educativa (paciente, creativa, apasionada) con la imposición de un determinado modelo de instrucción. Este Gobierno ha perdido una magnifica oportunidad de abrir un diálogo con todos los sujetos sociales implicados en la educación (¡todos!) para elaborar una asignatura que pudiera responder a los retos y preocupaciones de nuestra sociedad.
 
Éste es el diálogo que pide la Recomendación (2002) 12 del Consejo de Ministros del Consejo de Europa cuando insta a que, en la elaboración de una política de educación para la ciudadanía democrática, se tengan en cuenta “todas las oportunidades de contribución informal (…) que provengan de las instituciones sociales, especialmente de la familia, y de organizaciones, estructuras y foros de la sociedad civil”, a la vez que anima a “involucrar a todos los agentes (tanto del ámbito público como del privado, oficial y no gubernamental, profesional y voluntario), en el diseño, ejecución y supervisión” de dicha educación.
 

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