Según Unicef, los holandeses son los más felices

Comer con papá y mamá, clave de la felicidad infantil

Una extensa encuesta realizada por Unicef revela que los niños más felices del mundo son los holandeses. ¿Y cuál es el secreto? Comer con papi y mami varias veces a la semana. Bueno, y hay otras razones. Al parecer, el sistema laboral holandés permite a los padres trabajar sólo cuatro días a la semana, con lo cual pasan más tiempo con sus hijos. Además, emplean ese tiempo en fomentar el intelecto de los chavales, en forjar sus opiniones, y en crearles valores éticos. Los niños españoles no salen mal parados –quinto lugar entre 21-, pero con tres puntos negros: la educación, el bienestar material y la relación familiar.

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CARLOS SALAS

Los niños holandeses son los más felices del mundo a pesar de que en ese país se la pasa el día lloviendo y no saben lo que es un buen bocadillo de Nocilla con leche condensada. Una encuesta realizada por Unicef revela que los mocosos holandeses se lo pasan pipa y ríen que da envidia. El trabajo se titula “Report Card 7” y se puede encontrar en la web del organismo internacional pinchando en

http://www.unicef-irc.org/presscentre/article.php?type=2&id_article=49

Bueno, la verdad es que el estudio sólo abarca a los países desarrollados, los llamados OCDE. Los sociólogos han tomado en cuenta varias cuestiones como son el bienestar material, la salud, la educación, los lazos familiares y de amistad, el bienestar personal, y el estilo de vida y los comportamientos sociales, siempre, claro está, con la convención de los Derechos de los Niños pegada en la frente.

Secretos de formación 

Una de las razones que, según los expertos holandeses, explica este elevado grado de felicidad infantil es que los niños pasan mucho tiempo con sus padres. El sistema laboral permite a los hombres y las mujeres trabajar sólo cuatro días a la semana, de modo que los padres pasan más tiempo con sus hijos: el 90% de las familias comen juntas varias veces a la semana, comparado con el 67% de los norteamericanos. Además, los padres quieren sentir que están educando a sus hijos, y por eso hacen los deberes, juegan y se manchan con las plastilinas con ellos. No sólo se juega en casa sino en el colegio. “Les enseñamos a través de los juegos, no de las reglas”, dice Esther van den Zaag, profesora de una escuela para pequeños en Holanda (citada por Time). En la escuela hay reglas, por supuesto, pero por encima de ello se les educa a buscar el consenso a través del debate, de la opinión, algo que en España no se enseña ni en el CSIC.

Al final, esa cultura del debate y del consenso, se transmite a todas las capas sociales y a todos los niveles, de forma que de la empresa hasta la política, todo está basado en un alto grado de intercambio de opiniones y de acuerdo general. Dentro de un notable grado de libertad, sin embargo, el sistema holandés tiene límites: sólo se permite beber a los jóvenes mayores de 16 años, y sólo cerveza y vino. Nada de orujos ni bebidas espirituosas. Es más, según una encuesta improvisada realizada por una periodista a jóvenes holandeses a la salida de un instituto, la mayoría de los chicos de 12 años detestaba dos cosas: los borrachos del parque y la lluvia. 

Los padres, además, enseñan pronto a los hijos la ética del trabajo y los valores sociales de respeto a los demás. Pero eso sólo no da la felicidad: hay que añadir que tienen un buen sistema sanitario y educativo. Un reportaje realizado por la revista Time a propósito del informe de la Unicef revela que los colegios holandeses son exclusivistas. Los niños de origen africano o turco son destinados a escuelas de menor nivel, especiales para extranjeros, porque su forma de vestir, de hablar y de comportarse no encaja con la mentalidad holandesa.

¿Y qué lugar ocupa España en el estudio? Nada malo: los niños españoles son los quintos más felices de los países desarrollados. Y si se les pregunta a los españoles cómo se sienten de felices, saltan al segundo puesto, solo por detrás de los holandeses. ¿Será por el bocata de jamón serrano en la merienda?


Report Card 7 de la Unesco sobre el bienestar de los niños de la OCDE.

 

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