Acojonaditos tienen que estar nuestros dirigentes —todos: los mediáticos, los políticos y, tras ellos, los financieros, los oligárquicos— como para haber lanzado semejante engendro (en Dinamarca, es cierto; pero el traspiés —está claro que se pasaron con creces— lo podrían haber cometido en cualquier otro lugar). No les debe de llegar la camisa al cuerpo como para haber transgredido de forma tan burda las normas de lo “políticamente correcto” que ellos mismos se hanb dado y nos han impuesto.
¡Qué ganas deben de tener de arrearnos a todos los que no vamos a votar el próximo domingo (o lo vamos a hacer, donde se pueda, por partidos identitarios con peso y raigambre)! Y si no vamos a votar, no es porque no nos importe Europa. Es exactamente por todo lo contrario. No vamos a votar porque amamos demasiado a Europa, nuestra patria: esa historia, esa tierra, ese destino común que nada tiene que ver con el trasto que burócratas y mercachifles han montado en Bruselas. Déjennos sin patria, si quieren (si así lo quieren los borregos...) y que se hunda el mundo. Pero que nadie pretenda que una patria es un Mercado, así sea... común (como al principio denominaron al trasto).
¡Qué conscientes deben de estar de que, por primera vez en muchísimos años, empieza a agrietárseles el “consenso democrático-institucional”!: ese inmenso inglado sobre el que se asienta todo. Ese tinglado, es cierto, que aún no está roto ni muchísimo menos; pero que sí empieza a mostrar serias grietas.
Y ante las grietas, se acabaron las melifluas sonrisitas de toda la vida. Ante el desacato de quienes hasta ahora sonreían, a su vez, contentos y satisfechos, ¡es a mandoble limpio como la emprende Voteman, el cutre personaje de este video! Dejando de practicar el sexo oral con el que empiezan sus hazañas, el patán arremete a mandoble limpio contra díscolos y rebeldes.
Después de esto, ¿les quedan aún ganas, francamente, de ir a votar el próximo domingo? No olviden que de lo que se debate (lo dice el propio Voteman) es de cuestiones tan palpitantes como: subsidios agrarios, productos químicos en los juguetes, canela permitida en la bollería...: el noble, grande, heroico destino de nuestra patria Europa.
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