Escalofriante cinismo de quienes han montado la carnavalada (y no lo digo pensando en el carnaval de Río, sino en la verbena barata de Madrid). ¿Barata? No, no. Todo menos eso. Cínicos, ciertamente, son quienes han dejado chiquitas las cuentas del Gran Capitán para meternos con cargo a la pólvora del rey en esta aventura inútil condenada de antemano a la derrota.
Lo sabían. Si lo sabía yo, ¿cómo no iban a saberlo ellos?
Sabían que, en pleno subidón del multiculturalismo, los Juegos se irían adónde, en efecto, han terminado.
Sabían que los extranjeros saben que Madrid es la ciudad más peligrosa de Europa, la más sucia, la más embadurnada con grafiti, la más botellonera, porrera, cocainómana y heroinómana, la que permite fumar en casi todos los locales públicos, la que está más amenazada por terrorismos vernáculos y foráneos, la del "vuelva usted mañana", la de la picaresca, la del relativismo moral y la de mayor borreguismo plebeyo.
¡Cómo iban a tomar en serio su candidatura!
Y también sabían que el problema de la rotación de zonas geopolíticas dejaba a priori en la cuneta a los países asiáticos y europeos. Sólo Brasil y Estados Unidos tenían posibilidades. Por eso cayó Chicago en la primera votación. Lo de Río, a partir de ese instante, estaba cantado.
Cinismo, también, porque la candidatura de Madrid obedecía no tanto a los intereses del deporte cuanto a los de la cementitis, el triunfalismo falsamente patriótico, el electoralismo, la especulación y, en definitiva, la corrupción. ¿Cuánto dinero se ha gastado? ¿Cuánto se iba a gastar? ¿Cuántos negocios se han hecho? ¿Quiénes se han enriquecido?
La deuda generada, por otra parte, habría sido colosal. No ya nuestros nietos, sino nuestros bisnietos habrían venido al mundo con un dogal de pagarés al cuello y ninguna hogaza en las alforjas.
Y cínicos, por último, porque ya andan pidiendo casi todos que Madrid vuelva a la carga en la siguiente convocatoria. Que nadie se equivoque ni se llame luego, como tantos lo han hecho ahora, a injusticia o engaño. La rueda dentada de la rotación geopolítica volverá a imponerse. Echen cuentas: Pequín, Londres, Río... Los Juegos del 2020 se celebrarán en Estados Unidos o, más probablemente, en Asia (¿Tokio, Bangkok, Yakarta, Delhi, Bombay?... Aquello va para arriba. Cosas más raras se han visto).
Al tiempo.
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