Un punto de vista anarquista

¿Jubilarse a los setenta? ¿Y quién sale ganando?

La temática anarquista está bastante alejada de la sensibilidad de Elmanifiesto.com, pero cuando alguien tiene razón en lo que dice, y lo dice bien, es de justicia subrayarlo. Maite Ela, secretaria de Prensa del Comité Nacional de la CNT-AIT, ha publicado en www.cnt.es un artículo de gran interés sobe un tema palpitante del mundo laboral: el retraso de la edad de jubilación a los 70 años. La pregunta evidente es esta: ¿Por qué? ¿A quién beneficia? ¿Por qué los sindicatos mayoritarios no dicen ni mu? “La palmaremos con el buzo puesto”, concluye Maite Ela. Es verdad.

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Maite Ela
 
El último capítulo de la interminable Reforma Laboral va del “aseguramiento del sistema de pensiones”, o del favor que nos van a hacer a los curritos al permitirnos jubilarnos con 70 años.
 
Conquistas sociales básicas están desapareciendo reforma tras reforma, las medidas en lugar de solucionar el problema, lo agudizan, con revisiones a la baja, sobre todo para los más desfavorecidos y encima nos las venden como medidas maravillosas, nuestras pensiones serán más justas, equilibradas, etc., se adaptarán a los cambios sociales; pero, en definitiva, que nos van a pagar menos y durante menos tiempo, pues está claro que si te jubilas a los 70 años, mucho más de 10 ó 15 años no vas a durar.
 
Cuando oyes al gobierno de turno, a la patronal, a los representantes sociales alabando estas medidas, no obtienen por nuestra parte más que una sonrisa irónica, pero cuando éstas son aplaudidas por trabajadores, te preguntas cómo viven éstos, son unos desgraciados que no saben disfrutar de la vida fuera del trabajo, o que están pensando que será otro el que tenga que trabajar hasta los 70 años para que ellos disfruten de sus pensiones. Porque una de los cosas que siempre olvidamos es que con la actual situación del mundo laboral, con contrataciones temporales y largos períodos de tiempo en el desempleo, con la consiguiente falta de períodos de cotización para obtener una pensión decente, la supuesta “voluntariedad” de esta medida se convertirá en un chantaje, una coacción para una gran parte de la clase trabajadora obligada a elegir entre una pensión ruinosa o una un poco adecentada.
 
Que todos conocemos cómo se funciona, y el ejemplo de firma de convenios, horas extras, etc. es más que clarificador de la situación futura. Y para la siguiente reforma, de nuevo bajo el eufemismo de equilibrio, equidad, adaptación, etc., nos veremos envueltos en el debate de por qué unos sí y otros no, y en lugar de mejorar todos un poco, empeoraremos todos y tan contentos. Resulta cuando menos sospechoso que por cada año que nos falta para los 65 años, nos descuenten un 8%, y sin embargo, por cada año que superemos los 65, un 2% ó un 3%. Esto es Justicia de ministerio.
 
Se ha generado una situación tal en el ámbito laboral (con una enorme responsabilidad de los pragmáticos sindicatos, desmovilizadores, desilusionadores, derrotistas), que el individualismo parece la única manera de enfrentarse a los problemas, que a nadie le parece posible funcionar de una manera seria, solidaria; los trabajadores hemos olvidado un referente válido que nos dé confianza, hemos olvidado el ejemplo y las experiencias de generaciones de trabajadores anteriores en sus luchas, y para cuando nos queramos dar cuenta, la precariedad nos terminará engullendo de tal manera que seremos empujados “voluntariamente” todos a pedir que nos dejen trabajar hasta los 70 años o un poquito más.
 
La palmaremos con el buzo puesto.

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