Con la del 78, el golpe de Franco sería legal

La memoria histórica vista desde la Constitución

Nuestra democracia, que hunde sus raíces y se esfuerza en mantener viva y vigente su repulsa al franquismo, le ha dado al 18 de julio un respaldo jurídico que supera con creces al que pudo invocar aquella histórica rebelión militar. En aquel entonces las FF AA, alzadas contra el gobierno civil y legal, tuvieron que apoyarse en la ley que les encomendaba la defensa de la patria ante los enemigos externos e internos. Tal precepto era compatible con que la orden de entrar en acción procediese del poder civil y no se preveía responsabilidad alguna si la defensa fuera ineficaz. Nuestra Constitución en su artículo 8 eleva el rango del mandato al incluirlo con texto reforzado en la Constitución.

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MANUEL FUNES ROBERT

Al pasar de la obligación de defender a la obligación de garantizar, concede implícitamente a "las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire" un poder de iniciativa y de interpretación en cuanto la garantía supone responsabilidad si la defensa no es eficaz para cumplir con lo mandado: la integridad territorial de España y su ordenamiento constitucional dentro del cual figura el referido artículo 8.

Si Franco hubiera dispuesto de un artículo como el 8, dentro de una constitución, el fundamento legal del 18 de julio hubiera sido muy superior al que entonces regía. Síguese de ello que paradójicamente la democracia ha dado un respaldo inimaginable aunque tardío y a título póstumo a aquella acción histórica que repudia de continuo. Con otra diferencia: en aquella etapa no estaba tan claro como ahora que los enemigos internos tuvieran tanto poder como ahora tienen los independentistas.

Lo que hay que repudiar de aquella guerra y en lo que puede fundarse un rechazo o condena de la Historia lo vio con claridad Julián Marías cuando califica la guerra 36-39 como "una tremenda equivocación". ¿Por qué? Porque cada bando luchaba con unos fines que el contrario iba a aceptar e imponer. La izquierda, sus milicianos morían y mataban para lograr mejoras sociales, acabar con la explotación capitalista, poner fin a la alianza de la Iglesia con los terratenientes, etc. No podían imaginar que el régimen de Franco iba a sobrepasar en concesiones a la clase trabajadora a cuanto pudieran pensar aquellos dirigentes de la izquierda.

Pero Franco posiblemente se equivocó también al creer que sólo con las armas se podía librar a España de caer bajo el dominio de la Rusia de aquellos tiempos, la de los procesos de Moscú, en los cuales las víctimas esperaban la gracia de Stalin pidiendo para sí mismos, tras confesar sus crímenes, que se les aplicase una de las muchas penas de muerte que merecían. Lo que Franco no valoró es el peso anticomunista, que también existía en el bando republicano. Lo prueban los escritos de Jesús Hernández, Largo Caballero expulsando de su despacho al embajador soviético. Y finalmente, la rebelión del ejército republicano contra el PCE al final de la guerra. Ocurre que el error republicano al no ver a tiempo la componente social del 18 de julio es evidenciable históricamente, mientras que el posible error de Franco no es posible comprobarlo a distancia.

Y para juzgar aquella etapa, nos puede servir la siguiente frase de Pietro Nenni, presidente que fue de Italia y partícipe de las Brigadas Internacionales al comentar los crímenes de una y otra parte: "Las guerras sacan a superficie lo peor y lo mejor de la sociedad."

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