El diario secreto de ZP, II

Donde Zapatero regala a Pérez Rubalcaba una gran tarta con un agente del CNI dentro

J. M. AMILIBIA 30 de julio Como el cumpleaños de Alfredo coincide con el fin de curso siempre es una celebración especialmente entrañable en la Moncloa: Sonsoles le cantó “Las mañanitas”, María Teresa le regaló una muy elegante corbata con micrófono oculto, las niñas (Laura y Alba) un magnífico dibujo al carbón de El Solitario antes de ser detenido y después de ser detenido, y yo una enorme tarta de la que a los acordes del Happy Birthday To You interpretado con voz de garganta profunda por la inolvidable Marilyn Monroe (ay, quién hubiera sido Kennedy en aquel momento) salió un agente del CNI vestido de cosaco y bailando eso tan típico que bailan los cosacos con un sable en la mano y todo el vodka de la madre Rusia en el cuerpo. Todos, incluso él, nos reímos mucho.

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Yo estaba particularmente contento, porque pocas horas antes había presentado en la Moncloa, ante la Prensa, el balance del primer semestre del año, y creo que me salió, como me han dicho María Teresa y Alfredo sin ningún ánimo de peloteo, un auténtico discurso de estado: expuse con claridad y sin titubeos la relación de mi Gobierno con lo que va bien y su nula relación con lo que va mal, y para mostrar mi generosidad y bonhomía sólo puestas en entredicho por la extrema derecha y en solfa por Sonsoles, mayormente porque lo mío le parece excesivo y un punto merengue, hasta tuve unas palabras de elogio hacia la figura de don Felipe, porque sé que después del lío del chiste de El Jueves, no tiene ganas ni tan siquiera de jugar al Trivial con doña Letizia, y eso tampoco es. Para este discurso de fin de curso tuve muy presente lo que dice el Ashtavakra: “El conocedor de la realidad nunca se siente desdichado en el mundo, puesto que su propio yo impregna la totalidad del Universo”, lo que según mi maestro Zhang Yu quiere decir: “Unos nacen con estrella y otros estrellados.”

Titular: “El juez aprecia delito y decide proseguir el caso contra El Jueves”. Le he dicho a María Teresa que hable discretamente con quien corresponda para que no se siga por ese camino, y ella me ha respondido algo así como “eso es pedirle peras al Olmo”. Aunque tenga alguna razón de fondo, todos hemos criticado las descalificaciones de Anasagasti a la Familia Real; como muy bien dice Alfredo, eso se piensa, pero no se dice, “aunque yo le recordaría a don Felipe lo que Maquiavelo alerta en El Príncipe: “Seguridad, comodidad, pacifismo, ocio devastador: he aquí el catálogo de la decadencia que protagoniza la última generación de príncipes de la Italia descompuesta: el lujo y el adorno han sustituido a la fuerza y al esfuerzo.”

De cualquier forma, parece que en este país al personal en general le ofende más y en lo más profundo de su alma que lo saquen dándole gusto al cuerpo desnudo a que le llamen “vago” e “impresentable”. Anasagasti ha sido más duro que El Jueves, pero no ha dibujado a nadie follando. Como a los buenos nacionalistas, su puritanismo le salva. Me ha dicho Joan Clos que convendría investigar si el apagón de Barcelona no ha sido una venganza de Manuel Pizarro, presidente de Endesa, por la OPA frustrada de Gas Natural, que es una cosa muy catalana, esto es, muy de la Caixa y tal, según me tiene dicho Pedro Solbes, que está muy puesto.

--Bien, pero decirle a Saiz que esta vez no le sigan agentes con pinta de Moratadelo y Filemón, que los detecta en seguida.

Ni una sonrisa. Toman nota muy seriamente, dicen “vale” y se van. El PP dice que la detención del topo del CNI es una cortina de humo del Gobierno. Creo que es muy inoportuno hablar de cortinas de humo en plena temporada de incendios forestales. Cuando se habla de la Pantoja y sus dineros, blancos o negros, como sus penas, se dice que la utilizamos de cortina de humo para que no se hable de otras cosas. ¿Ahora utilizamos al CNI para que no se hable de la Pantoja o qué? 

Moraleda está estudiando la posibilidad de que antes de que nos vayamos al Coto de Doñana, yo me pase unas horas por Valladolid y León para colaborar en la caza del topillo. Sería una buena imagen, dice. Sonsoles ha puesto el grito armónico en el cielo: “¿Qué quieres, que enferme? Si ahora ya está con la fiebre alta, imagínate los versos que me recitaría por la noche si encima me coge la tularemia...”

Titular: “El Gobierno iba a pagar 1.500 euros al mes a cada etarra reinsertado”. Es verdad, pero habíamos quedado en que tenían que jurar por Sabino Arana y Marx (Carlos) que no se lo iban a gastar en dinamita.

Si le ha interesado este artículo, aún le divertirá más el libro de J. M. Alibia El diario secreto de ZP (1.ª parte). Editado por Áltera después de haber sido vetado por una gran editorial.

Lea aquí el primer capítulo.

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