Después de que ella hiciera su sesión de manejo del látigo inglés y una hora de inmersión en piscina profunda, y de que yo hiciera mis sesiones de radja-yoga y de cuencos tibetanos, ya más relajados, Sonsoles me ha preguntado:
--¿Crees que Conde-Pumpido hubiera actuado así de haber sido nosotros los protagonistas del chiste?
--Creo que su postura habría sido otra.
--Pues no me preguntes por cuál hubiese sido la nuestra, porque ya se me ha olvidado...
Esta noche le recitaré doble sesión de versos de Gamoneda. Antes de levantarse de la mesa del desayuno, y mirándome de soslayo, ha comentado con su sarcasmo característico:
--De cualquier forma, parece que el síndrome de la Zarzuela no tiene nada que ver con el síndrome de la Moncloa...
Conde-Pumpido me ha llamado a media mañana para decirme que le están llamando de todas las revistas para pedirle un secuestro, por favor.
--Un chiste que sólo iban a ver unos cuantos miles de personas, ahora lo han visto, lo están viendo millones. La portada de esa revista está en todas las páginas web del mundo, en todas las televisiones, en todos los periódicos.
--Menuda pasada. ¿Y qué hacemos ahora?
--Creo que habría que llamar a los Príncipes y pedirles disculpas, decirles que lo hemos hecho con la mejor intención, que la ley es la ley pero que tiene sus efectos colaterales...
--Bien, pues llama tú.
--Perdón, presidente, pero ¿y si se pone doña Letizia?—apunta tembloroso, pálido, desencajado.
--Se supone que el fiscal general del Estado es un tipo duro, ¿no?
He reunido a todo el equipo mayor para decirles que por fin he encontrado una solución para lo de Navarra. Me encanta cuando se sientan en la mesa y me observan con enorme expectación, como esperando la iluminación, el encuentro con el Absoluto.
--¿Quién creéis que goza de mayor consenso en Navarra?—pregunto.
--El PSN, los nuestros, con el apoyo de Nafarroa Bai, IU, los verdes, los okupas, los gays, transexuales y lesbianas...—dice Alfredo.
--¿UPN...con el apoyo del PSN?—apunta María Teresa.
--¿UPN sin el apoyo del PSN?—señala Moraleda.
--¿El PSN con el apoyo del Opus?—vuelve Alfredo.
--Sabéis que soy un firme creyente en el vacío—les digo al fin—Como dice el zen: “Nada de pensamiento, nada de reflexión, nada de análisis, nada de cultivarse, nada de intención: deja que se resuelva sólo”. Según mi maestro Zhang Yu, esto quiere decir que “quien mucho abarca, poco aprieta”. Navarra lleva meses en el vacío, sin poder, y nunca las cosas han ido mejor. Que siga.
--Pero hay que nombrar un presidente—dice Alfredo.
--Pues que sea San Fermín—digo yo— ¿Quién goza de mayor consenso?
--Lo veo poco laico—dice María Teresa.
--No lo creas—respondo—Según me ha instruido Pepe Bono, san Fermín es de la Teología de la Liberación. Es el patrón de los encierros porque fue el inventor del encierro en los templos como método de protesta. Además, yo digo como el Dalai Lama: “Mi religión es la amabilidad”.
Me han aplaudido puestos en pie. Incluso me han vitoreado. Luego hemos comentado lo dicho por Felipe González en el Congreso de las Juventudes Socialistas de España: “El líder debe saber coordinar equipos humanos y huir de las lealtades perrunas”.
--Yo creo que lo ha dicho por nosotros—ha apuntado Moraleda mirando a todos.
--No—he aclarado—, lo ha dicho por vosotros.