El diario secreto de ZP, II

Zapatero promete turismo espacial a los pensionistas

J. M. AMILIBIA 20 de julio No me gustan los muros, y menos aún si los construye Bush. Por eso he dicho en México, mirando hacia la frontera con EE. UU., que “no hay muro, por alto, ancho y largo que sea, y cualquiera que sea el material que lo conforme, que pueda imponerse al sueño de una vida mejor”. Estas cosas le hacen llorar de pura emoción a Jesús Caldera, quien me ha dicho después de agotar una caja de kleenex:

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--Presidente, oh, mi presidente, ¿por qué no dices esto mismo ante las alambradas de Ceuta y Melilla?

--Te recordaré el proverbio zen: “Antes de estudiar zen, las montañas son montañas y los ríos son ríos; mientras estás estudiando zen, las montañas ya no son montañas y los ríos ya no son ríos; pero una vez que alcanzas la iluminación, las montañas son nuevamente montañas y los ríos son nuevamente ríos”.

--Y eso, ¿qué quiere decir, presidente mío?

--Según mi maestro Zhang Yu, que del dicho al hecho hay mucho trecho.

Cada lugar tiene su frase (su titular, como me dice constantemente Moraleda) y cada frase su lugar. Y cada sitio, su iluminación. De México hemos volado a Panamá; antes me había dicho Solbes:

--Hay que entrar en el Canal.

--Primero que entre Sonsoles, que es la que bucea—le dije yo.

Ella hará el informe sobre los Fondos. Pero unas horas antes, aún en México, visitamos a los exiliados españoles. Moratinos me había dicho que eran los “niños de la guerra”, y yo me llené los bolsillos de caramelos. Hubiera sido mejor llevar pastillas para la tos o viagra. Como casi siempre, Sonsoles extrajo de la visita el lado práctico (y por tanto muy zen) de la cosa:

--Como la Historia se repite cíclicamente, o eso dicen, por si acaso deberíamos tener una casa fuera, mejor en una isla paradisíaca.

--Eso, y andar todo el día en bermudas.

--Sí, mejor en Las Bermudas. 

Ya que he anunciado públicamente el lanzamiento en 2010 de nuestro primer satélite, uno construido totalmente con tecnología nacional (según Ezquerra Republicana eso significa que se construirá con tecnología de Madrid), el Departamento de Promesas Electorales, que no para, me propuso la idea de ofrecer viajes espaciales por cuenta del Imserso. Y ya lo he dicho públicamente: dentro de nada, los pensionistas podrán viajar al espacio, a la Estación Espacial Internacional, como ahora a Benidorm; en el espacio sentirán que no pesan los años ni los kilos. O sea, que también vamos a construir un transbordador propio para democratizar el turismo espacial; vamos a democratizar el espacio. Eso he dicho ante nuestros mayores del exilio, y lo he dicho en serio, o sea, sonriendo en serio.

Enseguida me llamó Rajoy:

--Oye, que eso ya lo prometiste el año pasado. Y, además, si empezamos con la ciencia-ficción a estas alturas, ¿qué vamos a prometer en febrero?

--Te recitaré un haiku: “El viento trae...”

--¡Nooooooo!

No le gustan los haikus. Está claro que el Tao fluye hacia todas partes, pero no hacia la derecha. Le he dicho a Mariano, para que vea que estoy en todo aunque esté lejos, que ya me he enterado de que el helicóptero que se estrelló en Móstoles con él y Esperanza Aguirre a bordo, se cayó por sobrepeso.

--Dímelo a mí—me ha comentado él—, desde entonces Elvira me tiene a dieta. 

Titular: “Ezquerra esboza su itinerario gradual hacia la soberanía”. Me ha llamado el Rey:

--¿Eso quiere decir que cuentan conmigo o que no cuentan conmigo? Lo digo porque como el soberano soy yo...

--Señor, creo que más bien se refieren a la independencia.

--Ah. Oye, que si hace falta jurar el Estatut, yo juro el Estatut ante san Jordi, ¿eh? ¿O mejor ante Jaime I?

Hemos quedado en fumarnos un puro en cuanto regrese. Uno panameño, claro.

 

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