Ojo, que ese frente se está hundiendo

Así se ahoga al castellano en la enseñanza catalana

Una hora más de lengua española en las escuelas catalanas. Esa era la modesta pretensión del Ministerio de Educación. Es decir: no dos, sino tres horas a la semana. Un abuso, ¿verdad? Así lo han juzgado los caciques del nacionalismo obligatorio, dispuestos a marginar para siempre la lengua española de la enseñanza en Cataluña. En el pueblo, mientras tanto, nace una curiosa jerga: el “catañol”, que ni es buen catalán ni es buen español. La pegunta: ¿Acaso se es mejor catalán por saber menos español? El delirio de la construcción nacional está destrozando a una generación de catalanes.

Compartir en:

CARMEN LEAL

Desde el traspaso de las competencias en Educación, hace ya muchos años, y aún más desde la aprobación y puesta en marcha de la LOGSE, el Gobierno catalán ha hecho de la enseñanza y la utilización de la lengua catalana en la escuela el tema principal de su política nacionalista. Hay que construir la “Nación” a partir de la escuela y gracias a ella. Los distintos Gobiernos de España, PSOE y PP, no han podido, no han querido o no han sabido ver que, gracias a la ideologización nacionalista transmitida por la escuela, los jóvenes catalanes terminaban su formación escolar obligatoria con una muy deficiente competencia lingüística en castellano, y unos conocimientos de una Historia “compartida” con el resto de los españoles tan distinta y tan distante de la realidad histórica que les obligaba a “sentirse diferentes”. 

La “escuela catalana” utiliza como lengua única de enseñanza el catalán y ha relegado el español a una materia con dos horas semanales en Primaria, por debajo de la designación horaria de la lengua extranjera. En muchos centros y cursos, ni eso. Por no tener, no tienen ni libro de texto. Los gobiernos de CiU y después del PSC han hecho de la escuela un vivero de jóvenes nacionalistas aptos para servir a la burguesía catalana en su afán de poder y sus delirios “nacionales”. Lo sorprendente es que  los políticos catalanes, que consensúan leyes a su conveniencia nacionalista y que ahora permiten “no impartir una tercera hora de castellano a la semana” en Educación Primaria, dejando a cada Centro la posibilidad de acatar o no un decreto de “mínimos” dictado por el Ministerio de Educación, esos políticos no  escolarizan a sus hijos en los centros públicos, sino en los Colegios extranjeros donde se imparten clases de español en mejores condiciones y horarios que en los demás. Estos colegios, como se rigen por otras normas legales, tienen exención del examen de catalán para sus alumnos en la Prueba de Selectividad. Por ejemplo, los hijos del Sr. Montilla, escolarizados en el Colegio alemán, no se examinarán de catalán, pueden sacar mejor nota media en Selectividad y podrán acceder con mayor ventaja a la carrera elegida.

La religión nacionalista 

La LOE (Ley Orgánica de Educación) vigente permite a las Administraciones autonómicas con otra lengua oficial además del castellano diseñar el contenido del 45% de todas las asignaturas. El Ministerio de Educación ha dictaminado que entra dentro de su 55% la competencia en castellano, ya que el Artículo 3 de nuestra Constitución obliga a todos los españoles a “conocer” la lengua oficial del territorio español. Nunca han sido los gobiernos nacionalistas leales a la Constitución. El PSOE, convertido al nacionalcatalanismo en PSC,  tampoco. Y van transitando siempre al borde de lo legal. Todos los partidos en Cataluña participan de la religión nacionalista, aunque se aprecian grados. Desde el alto grado de la secesionista ERC hasta las veleidades del PP (salvo excepciones pasadas y presentes, muy meritorias y conocidas por todos). Con este panorama no es de extrañar que haya surgido “ por consenso” la peregrina idea de que sean los centros educativos los que se encarguen de la “no aplicación” del decreto del Ministerio de Educación. Y en su caso, de la aplicación “según el entorno”. Es decir, que si un Centro está ubicado en un entorno sociocultural con mayoría castellanohablante, no añadirán la tercera hora de castellano porque allí el catalán hay que potenciarlo, y se encontrará cualquier excusa para evitar la hora suplementaria, como el siguiente argumento recogido en prensa: “De esta forma, parte de las horas dedicadas a las estructuras -donde se enseña, por ejemplo, qué es un verbo o un predicado- pueden computarse como horas de castellano, aunque se use el catalán para enseñar la materia” (sic). Si, por el contrario, el Centro está ubicado en un entorno mayoritariamente catalanohablante, se aducirá que hay que proteger el catalán y estar en consonancia con el entorno sociocultural, ya que el castellano lo aprenderán en la calle o en la televisión. No hay salida.

Lo que sorprende de nuestros políticos al uso es que piensen que los ciudadanos somos gente estúpida, que ignoramos estas artimañas y que  pretendan que les votemos para seguir haciendo lo que en cada momento les convenga. ¿Cómo es posible que se prime la necesidad de pactos y componendas puramente partidistas a costa de la buena formación académica de los ciudadanos y que todo el mundo trague? ¿Cómo es posible que en una ciudad como Barcelona, ciudad cosmopolita, se pueda estudiar en francés, en inglés, en italiano, en alemán, hasta en japonés y no se pueda estudiar en español, siendo lengua oficial de todo el territorio español, hablada por mas de 400 millones de personas y una lengua de comunicación internacional? ¿A quién le interesa semejante desmán? ¿Se es mejor catalán por saber menos castellano? 

El “catañol”

Los profesores de Lengua española hemos detectado la existencia de un habla híbrida, “el catañol”, bastante extendida entre las capas bajas de la sociedad, que consiste en mantener las estructuras sintácticas del español con mucho vocabulario catalán; hay también derivaciones castellanas de raíces catalanas y viceversa. El resultado es una lengua de comunicación que está marcando la pertenencia a una determinada clase social. Por otra parte, los alumnos que cursan sus estudios en Cataluña carecen del vocabulario técnico-científico en español. No hay ni un sólo libro de texto en español, y cuando fuera de Cataluña tienen que expresarse en español culto, se encuentran desorientados y ridiculizados por compañeros de otros lugares de España. Esta situación de desalojo del castellano de las escuelas de Cataluña lo ha calificado Gregorio Salvador Caja, vicedirector de la Real Academia Española, como “muy grave” y afirma que España “es el único lugar del mundo donde la lengua española está perdiendo usuarios y donde a sus hablantes se les puede negar la posibilidad de educarse en ella”. 

Los distintos gobiernos de España no han dado solución a este problema. Cada gobierno pretende “ir tirando” con parches que de ninguna manera solucionan el problema, sino que lo intensifican y ponen de manifiesto la poca importancia que las decisiones del Gobierno español tienen en Cataluña, porque ni siquiera se obedecen las tímidas reformas, como el aumento de una hora más a la semana en el horario de la enseñanza Primaria, sino que se procura buscar fórmulas y estrategias para evitar el mandato. No importa que el problema lingüístico afecte a la libre circulación de cualquier ciudadano por todo el territorio español, a la contratación temporal de trabajadores en Cataluña si tienen familia con hijos en edad escolar, a las empresas, etc. Ni siquiera que afecte a la buena formación académica de la gran mayoría de escolares catalanes. Se prefiere tener  generaciones de analfabetos funcionales en español y cortarles unas posibles relaciones laborales fuera de Cataluña y fuera de España. Una hora más de castellano supone un punto menos en el delirio de la Construcción Nacional.

Michael Eisner, ex-consejero de Disney, decía: “Actualmente en EEUU para hacer negocios es indispensable saber español, si no, estás perdido y no te contratan” (ABC 25/5/2007) . ¿Con qué derecho se priva a los catalanes de la posibilidad de acceder a un contrato en EEUU… por no saber español?

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar