Las contradicciones crecen y el PSOE está nervioso

11-M: Guía para no perder el juicio

El Partido en el Gobierno hizo ayer algo singular: convocar a los medios para hacer pública una declaración institucional contra la oposición. ¿A cuento de qué? A cuento del 11-M. Ocurre que el juicio del 11-M, entre otras cosas, está haciendo que afloren el contradictorio comportamiento de los mandos policiales y las irregularidades cometidas durante la investigación. Entre pruebas "fantasma" y ocultaciones deliberadas, cada vez hay más cosas que no encajan en la versión oficial.

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EMC (Madrid). Quizás el error de origen consiste en haber establecido desde el principio una versión oficial excesivamente fácil, donde todas las cosas encajaban con demasiada precisión. ¿Era posible que el mayor atentado de la historia de España quedara resuelto con mayor rapidez que ningún otro anterior, más aún, con mayor celeridad que ningún otro atentado cometido en Europa? ¿Era posible que, a las pocas semanas de los crímenes, ya lo hubiéramos “sabido todo”, como se ha dicho reiteradas veces desde el Gobierno Zapatero? Es eso lo que ha alimentado la “teoría de la conspiración”. 

¿Teoría de la conspiración? En realidad no hay propiamente tal. Lo que hay es la constancia de que la instrucción judicial dejó de lado muchos aspectos importantes, que las pruebas fundamentales son dudosas y, sobre todo, que los mandos policiales no actuaron con el rigor debido. A partir de aquí, la cabeza del ciudadano que esté siguiendo el juicio se nubla con una selva inextricable de furgonetas que aparecen llenas por arte de birli birloque, explosivos que tienen que ser y no son, policías que dicen una cosa y la contraria… A su vez, los medios de comunicación han emprendido su particular guerra sobre el asunto: cada cual recoge las noticias derivadas del juicio tratando de que vengan a reforzar las tesis sentadas de antemano. Es prácticamente imposible saber a qué carta quedarse.

Elmanifiesto.com va a seguir con carácter semanal las novedades del juicio del 11-M. Veremos qué pasa en el juicio, cómo lo interpreta la teoría gubernamental y cómo la teoría “disidente”. Por el momento, ofrecemos a nuestros lectores, con toda la claridad posible, los puntos en los que la versión oficial está quedando en entredicho. Enunciamos las afirmaciones de la versión gubernamental y, a continuación, precisamos por qué son discutibles. Una guía para no perder el juicio: 

  • Ya sabemos lo fundamental sobre el 11-M.

Sabemos poquísimo sobre el 11-M: en el transcurso de la investigación se han conocido innumerables circunstancias que no se incorporaron al sumario instruido por el juez Del Olmo. 

  • Un grupo islamista radical planificó un atentado contra España.

El perfil del grupo inculpado no encaja del todo con la definición de “grupo islamista radical”, terroristas suicidas, etc.; más bien parece una red superpuesta a un clan de pequeña delincuencia, con abundante infiltración policial. 

  • El atentado tuvo por objeto castigar al Gobierno Aznar por su apoyo a la ofensiva norteamericana en Irak.

En realidad, tanto los datos sobre el atentado como las amenazas de Al-Qaeda demuestran que España estaba amenazada mucho antes de la última guerra de Irak. 

  • Los terroristas se proveyeron de explosivos a través de una trama de venta ilegal, la de “los asturianos”.

No está demostrado que los explosivos empleados en los atentados del 11-M fueran los de la “trama asturiana”. De hecho, esta cuestión de los explosivos –la polémica sobre la Goma 2 ECO- se ha convertido en la principal fuente de controversia del juicio, dado que numerosas muestras recogidas por la policía fueron inutilizadas (lavadas con acetona) y otras muestras, intactas, no se corresponden con los explosivos asturianos. Además, la vista ha demostrado que la policía enunció varias hipótesis distintas en pocas horas sobre esta cuestión. 

  • Los terroristas ejecutaron su acción depositando mochilas bomba en vagones de tren.

Hay razones para pensar que la única mochila hallada en los escenarios del crimen está manipulada: fue preparada para que se encontrara. El resto es hipótesis. 

  • El procedimiento de detonación consistió en activar la carga mediante teléfonos móviles en las mochilas.

Surgen muchas dudas técnicas sobre la veracidad de esta hipótesis. Entre otras: a) La relación de los teléfonos móviles supuestamente empleados en el 11-M con un establecimiento regentado por un agente policial; b) La pésima confección del dispositivo hallado en la mochila sin explotar. 

  • La autoría islamista queda confirmada por el hallazgo de pruebas concluyentes en los vehículos empleados por los criminales.

Los perros adiestrados de la policía no percibieron ninguna prueba, ni de explosivos ni de otro carácter, en sus inspecciones. El testimonio de un policía apunta en el mismo sentido. Las pruebas aparecieron después de que los vehículos pasaran por dependencias policiales. Es el caso de la furgoneta “kangoo”.  

  • La peligrosidad del “comando” quedó demostrada por sus intentos de atentar posteriormente contra la línea ferroviaria del AVE.

El procedimiento empleado en los atentados del 11-M es completamente distinto del presunto atentado frustrado contra el AVE. No es lógico pensar que se trate ni de la misma operación ni de los mismos autores. 

  • Los principales autores de los atentados, refugiados en un piso franco de Leganés y acosados por los Geos de la policía, decidieron inmolarse haciéndose estallar.

Es un episodio extremadamente oscuro: a) Ese piso franco era conocido por la policía desde mucho tiempo antes y, de hecho, era vecino al piso de un agente policial; b) Han desaparecido muchas pruebas, entre ellas las de los explosivos empleados en el acto suicida; c) Las circunstancias en las que aparecieron algunos cadáveres permiten desconfiar de la hipótesis del suicidio; d) La actuación de los geos en Leganés presenta muchos rasgos poco habituales en ese tipo de operaciones; e) Permanece sin resolver la profanación de la tumba del geo muerto en acción en Leganés y la cremación de su cadáver.  

  • El Gobierno Aznar mintió al hacer creer a la opinión pública que ETA había sido la autora de los atentados.

El Gobierno Aznar ya demostró en la comisión parlamentaria del 11-M que se limitó a dar la información que iba recibiendo de fuentes policiales. ¿Qué fuentes? Este es el contexto del “caso Díaz de Mera”, que, de todas maneras, es poco relevante para la investigación de los hechos. 

  • ETA no tuvo participación alguna en los atentados del 11-M.

No hay ninguna prueba directa que señale a ETA como autora. Hay algunos datos circunstanciales que podrían indicar cierto grado de vinculación entre miembros de la red islamista y miembros de ETA. Pero, sobre todo, hay la evidencia de que los mandos policiales ocultaron cualquier alusión a ETA en la instrucción, incluso falsificando pruebas periciales; este es el contexto del asunto del ácido bórico. La pregunta es por qué se puso tanto empeño en ocultar al juez de instrucción esas menciones a ETA.

  • Las declaraciones de los familiares y allegados de los inculpados demuestran su compromiso islamista. 

Las declaraciones en el juicio de familiares y allegados no confirman –incluso al contrario- el compromiso islamista de los inculpados.

En estas condiciones, todas las claves del juicio gravitan en torno a estas tres cuestiones: 

1-  Los autores:

¿Fueron los que murieron en Leganés? ¿En qué grado de responsabilidad individual? ¿Actuaron por su propia cuenta? ¿Quién concibió los crímenes? ¿Cuál es el grado de culpa real de los acusados supervivientes, encausados en la vista? 

2-  El arma:

¿Cuál fue el explosivo utilizado en los atentados? ¿Tuvo un solo origen o varios orígenes distintos? ¿Dónde lo obtuvieron los terroristas? ¿Por qué una prueba tan elemental se ha visto sometida a tantas ocultaciones y controversias? 

3-  El comportamiento policial:

¿Por qué las fuerzas de seguridad, desde la policía hasta el CNI, se han comportado de manera tan extraña, con pruebas que aparecen y desaparecen, informes periciales falsificados u ocultados, etc.?

 Que el Gobierno se haya puesto tan nervioso, hasta el punto de que el PSOE haya hecho una declaración institucional para atacar al Partido Popular, es algo que necesariamente llama la atención. Seguiremos informando.

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