Corramos a ponernos a cubierto

La zapateridad quiere ponerle letra al himno de España

La culpa de todo la tiene Luis Aragonés, que en un partido se puso a cantar el himno con la benemérita letra de Pemán: “Viva España, alzad los brazos, hijos del pueblo español”. Así creció la polémica sobre un himno que nunca ha tenido letra oficial. Y ahora el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ha encargado una letra sin connotaciones políticas y de carácter deportivo, hablando de “tierra abierta”, “paz”, “diversidad”… pero no de nación. ¿Cabe un himno nacional que no sea nacional, es decir, político? ¿Es que España sólo es un equipo de fútbol? Se avecina bronca.

Compartir en:

elmanifiesto.com

Según ha informado la prensa, los primeros esbozos apuntan a una letra que exalte los valores de una "tierra abierta", cuya gente quiere convivir en paz y libertad. Una tierra, asimismo, diversa, en lo cultural y lo geográfico, y que ha sabido sobreponerse a las penalidades. Como corresponde a este planteamiento, las primeras pruebas han sido realizadas por un coro de niños. ¡Horror!

El presidente del COE sostiene que cuenta con el apoyo de “las altas autoridades del Estado”. Hay que pensar en el Rey y Zapatero, evidentemente. También ha trascendido que en el proyecto está trabajando la SGAE, lo cual conforma un triángulo sorprendente. Alejandro Blanco se propone “conseguir un texto de consenso, que nazca desde el deporte y sin aristas políticas: el nuestro quiere ser un himno del deporte, que en mi opinión es una de las actividades que más favorece la integración y la cohesión”. El presidente del Comité Olímpico Español dice que es una reclamación de los deportistas: "Son muchos los deportistas españoles que reclaman una letra cuando suben al podio, porque afortunadamente eso ahora sucede con asiduidad en el deporte español. Quieren sentirse tan orgullosos de su pertenencia como los ingleses, los franceses… ¿Quién puede negarles ese derecho?". 

El himno nacional

El himno español, Marcha Real o Marcha de Granaderos, se cuenta entre los más antiguos de Europa. Aparece mencionado por primera vez en 1761 en el Libro de Ordenanza de los toques militares de la Infantería Española, de Manuel de Espinosa. Durante mucho tiempo se le ha atribuido un origen prusiano datado en el siglo XVIII. Hoy nuevos estudios alejan la composición de la melodía original hasta la baja edad media, según algunos autores, o hasta Carlos I en otras versiones, que esgrimen como prueba el toque de llamada denominado “spagnola” y datado en la Italia del XVI. Esa melodía sería después revisada en el siglo XVIII. Lo que sí es seguro es que en 1770 Carlos III la declaró Marcha de Honor, lo cual institucionalizó el hábito de que sonara en actos públicos y solemnes. Después, el arraigo popular de la pieza hizo lo demás.  

Auque hubo varios intentos para fijar un nuevo himno con letra propia, ninguno de ellos prosperó. El general Prim, tras la Revolución de 1868, convocó un concurso al efecto, pero se declaró desierto: el jurado aconsejó continuar con la Marcha de Granaderos. Ésta encontró una versión estable en la interpretación del maestro Pérez Casas. Después, en la II República, se adoptó una vieja marcha liberal, el himno de Riego. Después de la Guerra Civil se volvió a la Marcha Real. La actual versión sinfónica del himno fue encargada al maestro Francisco Grau; en 1997, el Estado adquirió los derechos de autor y de explotación de la Marcha Real.

El himno español no tiene letra. De hecho, nunca la ha tenido, y las que más han circulado por ahí nunca fueron oficiales. Hay una, de 1843, debida a Ventura de la Vega: “Venid españoles / Al grito acudid./ Dios salve a la Reina,/ Dios salve al país”. Hoy nadie la recuerda. Tampoco la letra compuesta por Eduardo Marquina:  

“Gloria, gloria, corona de la Patria,

soberana luz

que es oro en tu Pendón.

Vida, vida, futuro de la Patria,

que en tus ojos es

abierto corazón. 

Púrpura y oro: bandera inmortal;

en tus colores, juntas, carne y alma están.

Púrpura y oro: querer y lograr;

Tú eres, bandera, el signo del humano afán. 

Gloria, gloria, corona de la Patria,

soberana luz

que es oro en tu Pendón.

Púrpura y oro: bandera inmortal;

en tus colores, juntas, carne y alma están”.

Más conocida, porque se usó mucho en los años del régimen de Franco, es la letra que escribió el poeta José María Pemán durante la guerra civil: 

“Viva España, alzad los brazos

hijos del pueblo español,

que vuelve a resurgir.

Gloria a la Patria que supo seguir,

sobre el azul del mar, el caminar del sol.

¡Triunfa España! Los yunques y las ruedas

marchan al compás

del himno de la fe.

Juntos con ellos cantemos de pie

la vida nueva y fuerte de trabajo y paz”. 

Aunque la letra de Pemán tuvo mucha fortuna, por moderna y fácil, nunca fue oficial. El himno de España es, oficialmente, un himno sin letra. Durante la segunda legislatura de Aznar, La Moncloa se puso en contacto con distintos poetas para aportar una nueva letra al himno. La iniciativa no funcionó, quizá porque ya han pasado los tiempos del fervor patriótico en la poesía. Ahora llega esta nueva iniciativa de la mano del Comité Olímpico. Por lo que sus responsables han dicho, su propósito es describir España como una especie de parque temático, muy en la órbita del “país turístico” que, según parece, desea España ser para siempre jamás.

Los deportistas cantan himnos porque son sus himnos nacionales. Lo que nunca se ha visto es que las naciones canten los himnos que complacen a sus deportistas. Decididamente, Spain is different.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar