Curioso palabro el heteropatricarcado. Podemos definirlo como la alusión al sistema dominado por el hombre heterosexual, origen y causa de todos los males: desde la violencia machista, el triunfo de las derechas, la llegada del Covid-19 hasta la muerte de Manolete.
¿Dónde está estos días el despótico poder heteropatriarcal? Porque encerrados como animales de zoológico que estamos, y con el vil fantasma del hombre blanco heterosexual sobrevolando los hogares españoles, lo lógico sería asistir a una desbandada de aquellas féminas y féminos que el 8 de marzo escupían contra todo aquello que tuviera que ver con el poder patriarcal.
¿Se lo imaginan? Desde nuestro encierro en chiqueros asistiríamos, en la barrera en que se han convertido nuestros balcones, a un encierro parecido al pamplonica de la segunda semana de julio.
Miles, qué digo miles, centenares de miles o millones (puestos a falsear, hagámoslo a lo grande) de féminos y féminas, oprimidos por el yugo heteropatriarcal, harían caso omiso al Estado de Alarma y se echarían a correr, malhuirían impávidos ante su mortal enemigo.
¿Alguno ha sido testigo, a lo largo de este mes, del encierro o la despavorida huida a la que me refiero? ¿Escucharon a la masa vociferante por las calles manifestar su odio al omnipresente poder patriarcal?
A la ninistra de igualdad pedimos,
por ser nuestra patrona,
nos guíe en el encierro,
desde su tinajera poltrona.
¿Quizás algo así? ¿No? Que extraño silencio ante tan grande opresión.
Siéntanse en sus casas bendecidos por aquellos que, como san Fermín a sus corredores, o los marqueses de Galapagar a sus oprimidos, velan por su salud y bienestar. Pues cuando el bicho pase y caiga sobre nosotros la peor de las plagas, la de la crisis económica, no olvidéis pedir a vuestros mesiánicos líderes que os ayuden a pagar alquileres, hipotecas, letras, cuotas de autónomos, recibos o, simplemente, hacedles ver que sois merecedores de una paguita para el sustento diario.
Ahora lo que verdaderamente les importa no es la ideología de género, que ha pasado a ser un sobrero más. Estos días, el principal objetivo de la faena progre es destruir España, y en esta faena Sánchez ha pasado a convertirse en mozo de espadas del Niño de Galapagar. ¡Cuánta valentía, enfrentarse o hacer faenas sin enemigo, lucirse toreando de salón! Pero claro, para torear, hay que parar, templar y mandar, y ustedes solo quieren esto último, y a cualquier precio.
Solo esperamos que sea cierto aquello que decía cierto crítico taurino de “un paso adelante, y muere el hombre, un paso atrás, y muere el toreo”. Su cobardía, la cobardía de la izquierda, le impedirá dar el paso al frente, pues preferirán traicionar sus principios e ideas con tal de continuar sentados en sus sillones. El julepe de la izquierda ha contagiado a la ideología de género, que se niega a salir de su cómoda y subvencionada guarida.
¿O es que ahora no importa que haya solo muertos, infectados, contagiados o médicos? Está claro que el heteropatricarcado, además de un palabro de mal gusto, es otra invención progre de la que, a la mínima de cambio, prescinden en pro de sus propios intereses.
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