¿Acabarán sometiendo a nuestros niños a la Técnica Ludovico?

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Les gustaría, o eso parece, convertir a los niños heterosexuales en homosexuales, para lo cual podrían acabar recorriendo a un plan extracurricular de "igualdad" mediante algo parecido a la Técnica Ludovico.

Se trata de una terapia de aversión asistida mediante drogas utilizada en la novela y película La naranja mecánica. Consiste  en exponer al paciente ante imágenes violentas durante largos periodos de tiempo mientras éste se encuentra bajo los efectos de las drogas. De este modo tiene que ver de manera forzosa las imágenes de horribles violaciones, agresiones, y otros actos de violencia mientras sufre los efectos de las drogas proporcionadas. Así, el paciente asociará las sensaciones de malestar estomacal con estos actos de violencia y sufrirá dicho malestar quedando incapacitado.

La Técnica Ludovico es una copia artística del fenómeno psicológico conocido como "condicionamiento clásico"  proceso iniciado por el psicólogo, filósofo y fisiólogo ruso Dr. Paulov. 

La adaptación de la Técnica Ludovico en este caso consistiría en exponer a los infantes a imágenes de pornografía heterosexual o de películas románticas heteros, tipo Love Story, mientras  se les suministran las debidas drogas nauseabundas. 

Lo que resulta extraño es que quieran aumentar la población homosexual en España, teniendo en cuenta la gran cantidad de ellos que ya existen en el país. "Hay más que botellines", se decía en los años 80.

Pero, en fin, hay que atender a las necesidades de la nación y si el Ministerio de la Felicidad considera oportuno que este sector demográfico y sociológico se expanda será por algo. ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar los designios del Excelentísimo Señor?

Lo que sería realmente indeseable es que las terapias Ludovico se ambienten musicalmente con la Novena de Ludwig Van o con otras cumbres del espíritu humano como las oberturas de Wagner. Eso crearía legiones de fóbicos a la música que ha constituido la cultura europea durante siglos.

 Aunque quizá se trate de eso.

La ampliación del Plan Ludovico podría consistir en suministrar a los pueriles pacientes drogas placenteras mientras se les hace escuchar a Rosalía, Sabina, música de tam tam, reguetón, etc., de modo que crezcan con los oídos convenientemente educados.

Los posteriores desarrollos del plan pueden consistir en visitas guiadas al Museo del Prado, cargados hasta las cejas de nauseabundo fármaco, y a continuación, visitas a ARCO, hasta las orejas de opiodes.

El futuro de la nación está asegurado.

 

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