Lamebotas progre besa los pies de radicales negros

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No, el lamebotas del que aquí se habla no es el que aparece en la foto. Su Santidad sólo viene aquí a completar al otro: al que aparece en el video reproducido al final del artículo. Constituye éste un excelente ejemplo de que la “culpa blanca” no conoce realmente límites. Se puede ver en este vídeo cómo un perroflauta yanki besa los pies de unos manteros negros que, además, según los gritos de victoria que profieren al final de la faena, parecen musulmanes.

No se sabe si se trata, por parte del perroflauta, de algún fetichismo sexual o de un acto de desagravio por el esclavismo sureño o, más generalmente, por toda “la culpa histórica del hombre blanco”: esa “culpa” con la que quieren hacer comulgar con ruedas de molino a toda una civilización. Lo grave, lo gravísimo, además, es que esos etnomasoquistas están ahora al frente del gobierno de España y de otras muchas naciones.

Viendo al chico ese lamedor de botas, uno entiende por qué las izquierdistas europeas reclaman a gritos la apertura total de fronteras, al tiempo que presionan a sus «pagafantas» y demás siervos masculinos para que las secunden.

Pero no carguemos toda la responsabilidad de esta “culpa blanca” sobre los consabidos progres, pues también la Iglesia Católica —que comparte hoy el espíritu y los principios de la progresía y de la bienpensancia— tiene algo que decir al respecto. Como lo vemos en la imagen del Sumo Pontífice que ilustra este artículo. O como lo vemos en esta otra imagen en que le dio por echarse a los pies de unos sátrapas del Sudán.

 


Uno puede entender acaso el acto litúrgico del lavatorio papal a los parias de la tierra, pero lo que resulta más que incomprensible, inadmisible es que ese lavapiés se haga a miembros de un colectivo —el de los inmigrantes— la mayoría de los cuales no sólo no son cristianos, sino que pertenecen a una religión abiertamente hostil al cristianismo.


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