El viernes pasado el presidente de Tesla Motors, Space X y nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, publicó un sugerente tuit en este tenor: “Necesito consejo. ¿Qué piensan de la guerra cultural?”
El mensaje de Musk, -quien posee 119 millones de seguidores en Twitter- tiene al momento de escribir estas líneas 223 mil “me gusta”.
Entre los más de 100 mil comentarios en respuesta a su trino, a Musk le llamó la atención particularmente el del usuario @getpaidwrite, quien escribió: “Creo que la derecha tiene que empezar a financiar a más artistas, cineastas y escritores en lugar de políticos y super-PACs (Comités de Acción Política, por sus siglas en inglés). No se gana una guerra naval sin barcos, y no se puede ganar una guerra cultural sin cultura. Llevamos demasiado tiempo reaccionando. Es hora de pasar a la ofensiva”
“No soy convencionalmente ni de derechas ni de izquierdas, pero estoy de acuerdo con tu punto de vista”, ripostó Musk, agregando que: “El virus del pensamiento woke ha penetrado a fondo en la industria del entretenimiento y está empujando a la civilización hacia el suicidio. Es necesario que haya una contra-narrativa”.
“Woke”, en inglés, es el pasado del verbo “to wake”, y significa permanecer despierto o alerta. Yel progresismo lo usa para estar alerta antes las injusticias que se cometen contra las minorías, ya sean mujeres, negros, homosexuales o migrantes. Aunque en la práctica se ha convertido en una ideología que busca trastocar los valores de la civilización cristiana occidental.
El gobierno de Estados Unidos ha asumido plenamente el pensamiento woke. Prueba de ello es la decisión del Departamento de Estado de autorizar a las embajadas de Estados Unidos en el mundo a enarbolar la bandera del orgullo LGBTI, con motivo de la celebración del Día Internacional contra la Homofobia, o el compromiso de Joe Biden con el aborto como política de Estado
Pero el fenómeno que pone sobre la mesa Elton Musk no se limita a Estados Unidos, sino también a Europa, donde “La Agenda 2030” está haciendo estragos, debido a que esta promueve la subordinación de la humanidad a la madre tierra, la destrucción de la familia mediante la ideología de género, la legalización generalizada del aborto y la disolución de la identidad nacional a través de la migración ilegal, entre otros planteamientos. España, por ejemplo, está a punto de aprobar una legislación que reconoce 16 tipos diferentes de familia.
Aunque Iberoamérica también ha sido blanco de la propaganda woke, los pueblos de este lado del mundo siguen manteniendo sus valores tradicionales. Es por esto que el proyecto constitucional de Boric en Chile fue derrotado (demasiado progresista para nuestra forma de ser y de pensar). Igual ocurrió en el estado de Florida, donde los hispanos apoyaron con su voto las políticas conservadoras del gobernador Ron DeSantis.
Es de celebrar que un personaje con la influencia de Musk promueva una discusión sobre la batalla cultural que, sin duda, es el tema de mayor importancia en este momento histórico.
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