Metapolítica

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Somos más necios de lo que parece. Nos pasamos la vida quejándonos de que los políticos nos manipulan, pero somos nosotros mismos quienes claudicamos ante esa manipulación, violentamos nuestra conciencia y nos rendimos ante la banalidad culpable cuando reducimos nuestro ser al incómodo y por lo general arisco "ser politico". Nos definimos de izquierdas o de derechas como si ser de izquierdas o de derechas (o de enmedio, o de los los lados), diera completo sentido y enriqueciera nuestro yo y engrandeciera nuestro espíritu, y tendemos a un "estilo de vida" conforme a nuestras ideas políticas como el no va más de la virtud tanto personal como cívica. La realidad es por completo opuesta: nadie "es" cuando se empeña en ser un punto en una coordenada.Quien ejerce de izquierda o de derecha desde que se levanta hasta que se acuesta, es una persona demediada, alienada y tristemente empobrecida por la apariencia de las cosas.

Ortega (como siempre Ortega), decía que la política, la cultura y el arte son la SUPERFICIE de la Historia. Empeñarse en mirarlo todo a través del prisma de la política y, sobre todo, construir un sistema de valores y moralidad público/privada conforme a las ideas políticas, equivale a vivir para siempre como peces en una pecera de agua estancada y sin apenas oxígeno, boqueando desesperados en la superficie de una existencia sin más sentido que la posibilidad de concordar nuestra queja con el clamor de la masa.

Nadie nace siendo de izquierdas o de derechas. Nacemos humanos, y la humanidad es una cuestión, por fortuna, extraordinariamente metapolítica.

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