Hace unos días, un periodista del lugar me preguntó sobre las celebraciones que conmemoran (o van a conmemorar) el Milenio del Reino de Granada. Yo quedé como aturdido, sin palabras.
-¿Eso del Milenio se sabe en Logroño? -acerté a responder finalmente, algo aturullado.
-Creo que no -me aclaró.
-Pues en La Coruña tampoco.
Lo de Logroño no es un capricho. Es un test básico que mide el alcance, relevancia, capacidad de convocatoria y de captar audiencia de cualquier evento, propuesta mediática, publicación, inciativa popular, etc. Me lo enseñó hace mucho el agilísimo y perspicaz Andrés Sopeña, con estas sabias palabras: "Cuando una editorial te proponga editar un libro, pregúntales si ese mismo libro podrá adquirirse sin problemas en cualquier librería de Logroño. Si no es así, no te interesa".
A lo largo del tiempo, y tras compilar información sobre los resultados del test y perfeccionar las aplicaciones prácticas del mismo, llegamos a la conclusión de que puede enunciarse con valor de ley universal y de la siguiente manera: "Todo aquello que no interesa en Logroño, no es noticia". Por ejemplo, a un señor (o señora) lo nombran diputado de cultura (o diputada de cultura, con perdón) en la Exma. Diputación de Granada; el cual caballero (o caballera), vuelca todos sus afanes y coordina multitud de esfuerzos con otras instituciones en aras de la celebración y fastos del poderoso Milenio. A la postre, y aplicando las normas elementales del test: ¿En Logroño importa el Milenio más o menos que los resultados de la selección iraní de fútbol? ¿Lo mismo o similar? Pues tiempo y sermón perdidos. Tiempo, trabajo y dinero.
No obstante, y por devoción a la milenarizada tierra donde viví tantos años, les dejo un enlace donde se informa a modo sobre estos asuntos del Reino y sus mil años de olvido.
Por mí que no quede, a pesar del efecto Logroño.
http://milenioreinodegranada.es/viviras-mil/