Pocas veces se ha perseguido más la libertad de expresión que bajo el dominio de estos tiranuelos puritanos, que pretenden que adoptemos oficialmente su fea y cacofónica neolengua.
La disolución de Europa en una sociedad multicultural, sin identidades nacionales, islamizada y con unos índices crecientes de pobreza y subempleo, es el objetivo a medio plazo de la Unión Europea y de la plutocracia mundialista.