Los científicos disidentes no se fían ni un pelo

Células madre: con el nuevo ministro, Zapatero se retrata

El nombramiento de mayor calado ideológico, dentro de los cambios gubernamentales de ZP, es el que menor relieve político posee a primera vista: el del ministro de Sanidad, el biotecnólogo Bernat Soria. Pero es que las grandes cuestiones filosóficas ya no sen ventilan en las Cortes, sino en los laboratorios y las aulas. Con Bernat Soria, el Gobierno Zapatero se alinea inequívocamente con la experimentación con embriones humanos en nombre del “progreso”. Pero, ¿qué expectativas reales hay en torno a esas técnicas? El propio Soria lo duda. Aunque la tele no lo diga, la verdad es que la opinión científica dista de ser unánime.

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Refrescamos la cuestión para los no iniciados. Las células madre son células que virtualmente pueden convertirse en aptas para cualquier tejido; por eso se supone que pueden ser muy útiles en la curación de enfermedades degenerativas o donde se haya producido una insuficiencia del organismo. Todos los humanos tenemos células madre. Las hay de dos clases: unas, las llamadas embrionarias, se obtienen de los embriones antes del proceso de diferenciación y especialización celular; las otras, adultas, se obtienen de zonas concretas de los humanos ya desarrollados. Para obtener las primeras hay que coger a un embrión y extraérselas, esto es, aniquilarlo; para obtener las segundas no hace falta matar a nadie, sino que las proporciona el propio paciente. En el estado actual de la investigación, las células madre adultas demuestran ser más efectivas que las embrionarias. Ahora bien, es mucho más fácil y rentable trabajar con las embrionarias, sencillamente porque su cantidad es mucho mayor. El inconveniente es que para disponer de ellas se requiere tener embriones de libre uso, y eso exige negar el derecho a la vida de los embriones humanos. Soria es de los que se manifiestan a favor de eliminar tales “trabas”; otros opinan exactamente lo contrario. 

Un dogmático dubitativo

Como la apuesta es fortísima –suprimir el derecho natural, nada menos-, se hace imprescindible saber si realmente las células madre son útiles desde el punto de vista terapéutico y, además, si las embrionarias –que son las realmente polémicas- ofrecen garantías de eficacia. Aquí es donde la posición de Bernat Soria se hace un tanto incomprensible, porque el ministro, que defiende dogmáticamente la experimentación con embriones, sin embargo duda de su eficacia. En efecto, Provida Press ha difundido recientemente unos comentarios de Soria –efectuados en 2003- en los que el hoy ministro no puede asegurar que esa terapia sea eficaz. 

Preguntado sobre la aplicabilidad de sus investigaciones, Soria responde: “No creo que puedan ofrecer resultados antes de cinco o diez años”. Preguntado sobre si las células madre embrionarias es la línea de investigación más viable para la obtención de un remedio científico contra las diabetes, o bien hay investigaciones esperanzadoras en otros campos, responde: “Creo que nadie en este momento puede decir que este protocolo (utilización de células madre embrionarias) es mejor o más factible que otro, aunque seamos muchos los científicos que apostamos por lo que las células madre nos puedan aportar. Pero no puedo decir si en este momento es la mejor opción”. Preguntado sobre la posibilidad de que las células madre embrionarias se puedan convertir en células productoras de insulina, responde que el inconveniente más serio de estas investigaciones es “la dificultad de convencer a las células madre embrionarias para que se conviertan en células productoras de insulina y se comporten igual que lo haría una célula pancreática”, es decir, la propia teoría-base de la terapia con células madre.

Bernat Soria reconoce que uno de los grandes problemas técnicos para la aplicación terapéutica de sus experiencias es la histocompatibilidad, es decir, que las células creadas no sean rechazadas al ser inyectadas en el enfermo. Por eso el hoy ministro reconoce que las células obtenidas de embriones podrían ser utilizadas para transplantes, pero tendrían estos riesgos. Para paliar este inconveniente, sugiere que “ahora mismo las opciones que tenemos, al margen de posibles avances en materia de inmunosupresión, con la terapia por transferencia nuclear, mal llamada clonación terapéutica, es la obtención en paralelo de células hematopoyéticas que permitan inducir tolerancia inmunológica y por tanto evitar el rechazo”. En plata: Soria reconoce que el mejor camino para solventar los inconvenientes de histocompatibilidad que plantean las células madre embrionarias es, o bien clonar un embrión utilizando material genético del propio paciente (algo por el momento impensable), o bien utilizar células madre adultas de sangre. Y si el propio Soria reconoce que las células madre menos problemáticas son las adultas, ¿a cuento de qué tanto empeño en experimentar con embriones?  

Hay Alternativas

La posición del nuevo ministro de Sanidad en este terreno es exclusivamente dogmática. Por eso la plataforma científica “Hay Alternativas” ha calificado como “negativa” la designación de Bernat Soria. En opinión de "Hay Alternativas", el nombramiento “supondrá un   negativo avance de la investigación científica en el área de las  células madre adultas, que son las únicas que han arrojado efectos  terapéuticos demostrados, en favor de destinar recursos públicos y  esfuerzos científicos a una técnica, la embrionaria, que destruye la  vida de los seres humanos más indefensos. Máxime cuando hay  alternativas, como la mencionada del uso de tejido adulto o los  prometedores avances con células procedentes del cordón umbilical, que no plantean problema ético alguno”. 

La portavoz de "Hay Alternativas", doctora Gádor Joya, ha señalado que “el nombramiento de Soria como nuevo ministro de Sanidad  no nos causa sorpresa, en el sentido de que reafirma el camino  emprendido por el Gobierno y el PSOE con la presentación y aprobación de la Ley de Investigación Biomédica; el propio presidente Zapatero ha  hecho referencia a ello al explicar el nombramiento y no resulta  casual que se conozca la noticia justo cuando entra en vigor la nueva  ley”. Lo que sí sorprende a "Hay Alternativas" es “la obstinación por dedicar recursos públicos y el esfuerzo científico a una línea de investigación que, frente a lo que se trata de hacer creer vulgarmente, no ha arrojado efecto terapéutico alguno. Con ello, nos tememos que con la llegada de  Soria, defensor a ultranza de la investigación con embriones, se  produzca un importante freno en la única investigación que ha  demostrado efectos beneficiosos para el ser humano: hoy hay pacientes andando gracias a las células madre adultas”, añade la doctora Joya.

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