Voy a ser tan salaz, tan procaz, tan mal hablado, como me venga en gana. Empezaré diciendo que...
Voy a ser tan salaz, tan procaz, tan mal hablado, como me venga en gana. Empezaré diciendo que estoy hasta los cojones, hasta el coño, hasta las tetas, hasta el gañote, hasta la coronilla y hasta el gorro de la corrección política.
¡Ea!
Soy como Jaimito... Caca, culo, pis, pedo.
Deber inexcusable del escritor es el de llamar a las cosas por su nombre.
El gran Gaya Nuño lo hizo en uno de los pasajes de su libro El santero de san Saturio, obra a decir poco extraordinaria, en punto y aparte, inmediatamente después de un párrafo en el que hablaba de la costumbre imperante en sus años mozos de irse, al caer el sol, al barrio de vida alegre de la ciudad de Soria –el Ferial, lo llamaban– para tomarse un chocolate con picatostes en compañía de las señoras de vida alegre que allí ofrecían sus servicios y a las que se había referido con eufemismos tan refitoleros y rebuscados como cursis...
–¡Ni daifas ni cortesanas! –estalló–. En Castilla las hemos llamado siempre así: las putas.
¡Pues eso, coño, pues eso!
Aportemos definiciones, sinónimos, antónimos, lo que sea, alDiccionario del Román Paladino. De las academias, como aullaba Rubén, ¡líbranos, Señor!
Tener sexo... Follar.
Coito... Polvo.
Felación... Mamada.
Cunnilingus... Bajarse al pilón.
Sodomización... Dar por culo. O tomar.
Pene... Polla. Rabo. Carajo. Cipote.
Zona íntima de la mujer... Coño. Conejo. Chocho. Chichi. Chumino.
Excitarse... Empalmarse, mojarse.
Orgasmo... Corrida.
Eyaculación... Ídem.
Gay... Maricón. O mariquita. O bujarrón. O sarasa. O, simplemente, homosexual. A mucha honra.
Metrosexual... Ni chicha ni limoná, ni carne ni pescado.
Trabajadora del sexo... Puta, buscona, ramera, meretriz, horizontal, y así hasta mil.
Cliente de las trabajadoras del sexo... Putañero.
Político... Engañabobos. Mangante. Manirroto.
Política... Corrupción.
Diputado... Farsante. Burrócrata (con doble erre, por favor).
Economista... Incompetente.
Democracia... Confiscación.
Pueblo... Plebe.
Clase media... Plebe.
Aristócratas... Memos.
Ricachones... Masocas.
Famosos... Adefesios.
Militares... Hombres de honor.
Bad girl... Champán.
Cava... Laxante.
Televisión... Cáncer, heces, cloaca.
Cura... Cuentista.
Rabino... Cuentista.
Ulema... Cuentista.
Empleada de hogar... Criada.
Invidente... Ciego.
Tercera edad... Vejez.
Discapacitado... Cojo, tuerto, manco, tonto, loco.
Movilidad reducida... Parálisis.
Enfermo terminal... Moribundo.
Redes sociales... Cubiles de tarántulas, nidos de víboras, cavernas de murciélagos del ébola, subterráneos de la Inquisición.
Trolls... Hijoputas.
Subsahariano... Negro.
Árabe... Moro.
Español... Pícaro, sinvergüenza.
Plan de estudios... Lavado de cerebro.
Cooperante... Gorrón. Carota.
Autoayuda... Gilipollez.
Cocina creativa... Bullipollez.
Ferran Adrià... Corruptor. Charlatán. Titiritero.
Chef... Químico.
Indigentes... Pobres.
Desempleados... Cesantes.
Cocacola... Droga adictiva.
Vino de autor... Tomadura de pelo.
Vino ecológico... Porquería.
Hotel de diseño... Inhabitabilidad.
Hotel boutique... Cursilada.
Productos lácteos... Venenos.
Azúcar... Veneno.
Multiculturalista... Ignorante.
Buenista... Malvado.
Izquierda... Socialdemocracia.
Centro... Socialdemocracia.
Derecha.. Socialdemocracia.
Socialdemócrata... Descuidero.
Feminismo... Misoginia.
Misantropía... Lucidez.
Relativismo... Inmoralidad.
España... ¡Puah!
Corrección política... Hipocresía, mojigatería, beatería, cursilería.
Y así, como dije a cuento de las putas, hasta mil. Me he quedado más ancho que Sancho. Éste, como de él escribiese Blas de Otero, pronunciaba "sanchas sílabas, permanentes palabras / que no lleva el viento". No anchas... Sanchas, sanchas. ¿De Sánchez?
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