A Pablo Iglesias le encanta el separatismo
y la ETA. Lo dice en un video
España, roja y rota
elmanifiesto.com
27 de mayo de 2014
Es de sobra conocido el odio que la izquierda de Estepaís profesa a la nación de este país otrora denominado España. En realidad, el odio se lo profesan a la nación como tal, “ese concepto discutido y discutible”, que decía el Zapatero aquel (concepto de identidad nacional que si no es discutido por la derechona, tampoco es precisamente que ésta lo lleve en su corazón o hago algo para desarrollarlo).
Pero lo que nos importa ahora es la izquierda: la gran vencedora de las elecciones del pasado domingo si sumáramos los votos obtenidos por sus dos componentes: la pijoprogre (habitualmente denominada socialista); y la pijorroja (habitualmente denominada —si no tuvieran pavor del término— comunista).
(De acuerdo, son rojos, dirán ustedes. Pero… ¿pijos también? Vale, lo reconozco: lo que se dice pijos, declaradamente pijos, aún no lo son ni lo pueden ser: todavía no han rascado poder.)
Volvamos al concepto “discutido y discutible”. Lo será en el caso de la nación; que cuando de alguna de sus partes secesionistas se trata, el concepto se convierte en su boca en una noción ensalzada y ensalzable. Por parte de ambos, por lo demás: por parte tanto de los progres como de los rojos.
Pregúntenselo, si no, al nuevo líder comunista: al camarada Pablo Iglesias. Y como probablemente no les vaya a responder si le dicen que son lectores de El Manifiesto, vean pues su desprecio hacia España (la llama “el Estado”), así como los elogios en los que se deshacía hacia la ETA y la izquierda abertzale en el curso de una charla pronunciada en una herriko taberna de Pamplona.
¿Te ha gustado el artículo?
Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.
Quiero colaborar