Los post comunistas, los grandes derrotados
Polonia sigue siendo muy de derechas
elmanifiesto.com
25 de octubre de 2007
La izquierda europea estaba convencida de que su tenaz campaña contra los gemelos Kaczynski desbancaría a la derecha del poder en Polonia, pero los resultados de las legislativas han sido otros: Jaroslaw Kaczynski pierde, en efecto, la jefatura del Gobierno, pero no a manos de la izquierda, sino de la derecha (liberal, más moderada) de Donald Tusk y su Plataforma Cívica, con el 41,39% de los votos. En cuanto al partido de los gemelos, Ley y Justicia, queda en segundo lugar con un 32,16%. La que se hunde es la coalición Izquierda y Demócratas (post comunistas), que no pasa del 13,2%. Polonia seguirá siendo de derechas, aunque con un Gobierno más blandito.
Por qué la izquierda quiere invadir Polonia
Elmanifiesto.com
La política de los hermanos Kaczynski, primer ministro uno, presidente de la República el otro, había logrado encrespar a la opinión bienpensante occidental. Las reivindicaciones del partido mayoritario, Ley y Justicia, resultaban difícilmente digeribles para una opinión pública europea dominada en general por el discurso de la “corrección política”. Así, iniciativas como la de oponerse a la influencia del “lobby gay” fueron severamente criticadas fuera de Polonia.
¿Y en Polonia? Allí no tanto. Lo que sí levantó ampollas en Polonia fue otra iniciativa de Ley y Justicia: la depuración de los órganos del Estado para “limpiarlos” de personas que hubieran tenido vinculaciones con los servicios secretos del antiguo régimen comunista. Esa iniciativa, llevada a extremos sensibles, dio una imagen excesivamente pendenciera de Ley y Justicia; imagen que seguramente no corresponde tanto al núcleo de ese partido (los gemelos) como a sus socios (Autodefensa, Liga de las Familias Polacas), pero que, en cualquier caso, le ha deteriorado hasta el punto de perder la mayoría.
En su lugar, a quien los polacos han votado mayoritariamente es a Donal Trusk y su Plataforma Cívica, una formación tópicamente de centro-derecha, liberal, que ha logrado seducir a los polacos sobre la base de un discurso amable y esperanzado. Ahora bien, Trusk, con sus 209 diputados, no podrá gobernar solo; necesita coaligarse con alguien. Lo más probable es que Trusk termine pactando con el Partido Campesino de Polonia, una pequeña formación que ha obtenido 31 diputados. Enfrente, Ley y Justicia conserva 166 diputados, y es la primera vez que un Gobierno saliente consigue que una derrota electoral no sea una calamidad.
Especialmente amarga es la situación de la izquierda, aglutinada en torno a Izquierda y Demócratas, partido que tiene su origen en los restos del naufragio comunista. El plan de los post comunistas era crecer hasta convertirse en una bisagra imprescindible para el sistema; no aspiraba a ganar, pero sí a ser el aliado indispensable para la Plataforma Cívica de los liberales. Sin embargo, sus resultados han sido tan malos que ID ya sólo puede aspirar a no entrar en una grave crisis interna. Buena parte del fracaso hay que imputárselo a su líder, Kwasniewski, cuyo comportamiento escandaloso –borracheras públicas incluidas- ha espantado al votante.
Los observadores señalan que en Polonia, por lo que parece, se ha desvanecido para siempre la imagen de una división izquierda/derecha a la europea. Dos partidos de centro-derecha y derecha han conseguido casi un 75% de los votos, mientras que la izquierda oscila en torno al 13%. Y la polarización del voto en torno a esas dos formaciones de derecha parece que será duradera.
¿Te ha gustado el artículo?
Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.
Quiero colaborar