Graves disturbios provocados por musulmanes
La yihad callejera: arde el oeste de Ámsterdam
elmanifiesto.com
22 de octubre de 2007
Tremenda historia: un terrorista musulmán, hermano de una juez –sí, sí: una juez- de los tribunales holandeses, entra en una comisaría y se lía a cuchilladas con los policías antes de caer muerto a tiros. A partir de ese suceso, una cadena de violencia se ha extendido por el oeste de Ámsterdam. Hay centenares de coches incendiados, comisarías de policía asaltadas, unidades móviles de televisión destrozadas por los vándalos… Sin embargo, parece que la autoridad ha decidido aplicar paños calientes para no “empeorar” la situación. Es una yihad callejera ejecutada por delincuentes comunes adolescentes.
Elmanifiesto.com
Esta historia comenzó el 14 de octubre, cuando la policía holandesa detuvo en Ámsterdam, La Haya y Almere a seis hombres y una mujer sospechosos de pertenecer al Grupo Hofstad, la célula terrorista islámica que, al parecer, estuvo detrás del asesinato del cineasta Theo Van Gogh. De entre los arrestados, sólo permanece en prisión uno: Samir Azzouz, que ya había sido juzgado por planificar ataques contra el Gobierno; fue absuelto deese cargo, pero acusado formalmente de posesión ilegal de armas.
El día siguente, el pasado 15 de octubre, Bilal Bajaka, un musulmán vinculado al grupo terrorista Hofstad y con varias condenas a la espalda, penetró en una comisaría de policía y acuchilló a dos agentes que resultaron gravemente heridos en el pecho, el rostro y la espalda; los policías salvaron la vida in extremis. Otra de las agentes que se hallaba de servicio en la comisaría abatió a tiros al agresor.
Yihad callera
La muerte de Bajaka fue el detonante de los altercados producidos por grupos de musulmanes en el barrio de Slotervaart, en el oeste de Ámsterdam. La comisaría ha sido atacada. Numerosos vehículos han ardido.
La gravedad de los incidentes ha llevado a la prensa holandesa a investigar sobre estos hechos y sobre la personalidad de Bilal Bajak, el agresor. Así, se ha descubierto que en 2003 Bajak, mientras estaba en la cárcel, recibió la visita de Mohamed Buyeri, el hombre que asesinaría a Theo Van Gogh al año siguiente.
Pero hay más revelaciones notables. La más impresionante es que una hermana del terrorista Bajak es juez en los tribunales holandeses. Asimismo, otra de sus hermanas (según algunas fuentes no es otra hermana, sino la propia juez) esta casada con el tío de Samir Azzouz, otro notorio terrorista islámico holandés, el único que permanece en prisión de los detenidos el día 14. ¿Es posible ser magistrado en Holanda cuando se tienen lazos estrechos de parentesco con los ambientes terroristas?, se pregunta la prensa de ese país.
Los holandeses han podido ver a través de la televisión escenas inquietantes. Por ejemplo, cuando una unidad móvil de la televisión apareció en el lugar de los hechos y fue atacada y destrozada, la policía, que estaba a algunos metros, permaneció inmóvil y no arrestó a los agresores; parece ser que se trata de un intento de no “agravar” la situación deteniendo a más “jóvenes”.
Desde hace ya una semana, es común la estampa de los vehículos incendiados en la calle, no lejos de la comisaría, pero la autoridad municipal, que desea practicar una política de “desescalada” y “retorno a la calma”, parece haber recomendado a la policía que no detenga a los agresores.
Un oficial de la policía holandesa ha declarado: “La banda que siembra el terror en el vecindario está compuesta por unos treinta y cinco jóvenes de entre 12 y 18 años, todos ellos criminales reincidentes por vandalismo, violencia, tirones, estragos… Nunca paran de delinquir”. Pero el policía añade que no tiene ningún medio de acción, porque, cuando se los arresta, inmediatamente son devueltos a la calle por la Justicia o bien son condenados a penas muy leves.
¿Te ha gustado el artículo?
Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.
Quiero colaborar