Le reprochan que es una "práctica soviética"
Putin se quiere reenganchar: de presidente a primer ministro
Angel Maestro
11 de octubre de 2007
Putin es el presidente de Rusia. Por ley, ya no podrá presentarse a unas nuevas elecciones. ¿Dejará el poder? No: ahora quiere ser primer ministro. Durante el congreso del partido “Rusia Unida”, en efecto, Putin ha anunciado su disposición a encabezar la lista electoral del partido, sin descartar la posibilidad de ponerse al frente del gobierno tras las elecciones presidenciales. Eso sí: sólo considerará tal actitud en el caso de que, una vez ganadas las elecciones por “Rusia Unida”, fuera elegido presidente “una persona honrada, eficaz y moderna con quien se pueda colaborar”. O sea, el sucesor de Putin será elegido por Putin.
ÁNGEL MAESTRO
Los observadores coinciden en que estas declaraciones van a tener como consecuencia una victoria estruendosa de “Rusia Unida” y el triunfo en las elecciones presidenciales de la persona que goce de la expresa simpatía de Putin. Fuentes rusas señalan que “Rusia Unida” ha creado a sus contrincantes, por lo que no será forzoso lograr el porcentaje necesario, valiéndose al máximo de las posibilidades de que dispone el partido en el poder, así como de un poder judicial “comprensivo” y favorable.
Alentados por esa posibilidad de ver a Putin en la cumbre del poder, los electores votarán activamente a favor de “Rusia Unida”. Dado que los partidarios de Putin son dos veces más numerosos que los de “Rusia Unida”, el partido podrá ganar un porcentaje de votos todavía mayor.
La declaración de Putin acerca de que pueda convertirse en el próximo primer ministro le permitirá, con relación a las elecciones de marzo de 2008, observar tanto la letra como el espíritu de los procedimientos democráticos. Putin siempre ha sido extremadamente escrupuloso en lo que respecta a los problemas de la democracia, intentando no dar a los políticos occidentales ni los más mínimos motivos de reproche.
Respecto a quien haya de ser su sucesor en la presidencia, Putin siempre ha defendido que no en calidad de presidente, sino como “simple votante”, podía libremente manifestar sus preferencias respecto a las elecciones presidenciales e indicar a la persona predilecta, como en su momento lo hizo Yeltsin cuando anunció al propio Putin como sucesor.
En lo que respecta a la confiabilidad, el actual primer ministro, Víctor Zubkov, es justamente la persona a quien Putin podría confiar totalmente el trabajo después de abandonar el cargo de presidente de la Federación de Rusia. Se señala la intención de Putin de tomarse otros cinco meses para poder pensar si ha hecho una elección correcta o no. Si fuese lo primero, Putin sería primer ministro, cargo que no sólo es el escalón más próximo al puesto de presidente. Pero es que además, según la Constitución es el primer ministro quien ejercería las funciones del presidente en el caso de que éste abandonase su cargo anticipadamente. Por otra parte, resulta obvio que Putin, en calidad de primer ministro, tendría una innegable influencia sobre el nuevo presidente.
Adversarios políticos de Putin (a la principal oposición se la señala financiada y auspiciada por Berezovski y otros oligarcas) le acusan de que al acudir los rusos a las urnas para las elecciones presidenciales, elegirán ya al primer ministro, sabiendo qué clase de primer ministro necesitan.
Es evidente que la popularidad de Putin en la Rusia actual es muy considerable, pero, irónicamente, sus adversarios señalan el cada vez mayor parecido con la época soviética. Así una obrera textil de la importante ciudad de Ivanovo, especializada en la industria textil, manifestaba en un tono emocionado que Putin no debe dejar la presidencia, “no debe dejarnos huérfanos” . Aunque ese ambiente crece especialmente en sectores modestos, en algunos medios informativos se dice que el partido “Rusia Unida”, con esa veneración por el líder, no ha sido capaz de inventar algo nuevo que le distinga del Partido Comunista de la Unión Soviética. “El vector de su desarrollo nos es demasiado familiar, contrastando fuertemente con el vector emprendido por el propio presidente: Rusia Unida, al calcar el modo de proceder de los comunistas soviéticos, le ha hecho un flaco servicio a Putin”.
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