Crisis sin precedentes desde la "guerra fría"

Londres y Moscú se tiran los trastos (diplomáticos) a la cabeza

La crisis diplomática entre Londres y Moscú escala en crudeza. Al fondo, el asesinato en Gran Bretaña del ex espía Litvinenko. Tal y como se preveía, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña ha procedido a la expulsión de cuatro diplomáticos rusos, como respuesta a la negativa del gobierno ruso a extraditar al empresario Andrei Lugovói, acusado en Gran Bretaña de encontrarse involucrado en el asesinato del ex miembro del FSB (ex KGB interior) Alexandr Litvinenko. Esto se pone calentito.

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ÁNGEL MAESTRO 

Lugovói  ha refutado categóricamente tales acusaciones, afirmando que fueron formuladas por motivos políticos. Por idénticos motivos, los jueces británicos negaron a Rusia en el pasado la extradición de un buen número de personas: el famoso especulador financiero Boris Berezovski; Yuli Dúbov, socio de Berezovski  en la compañía LogoVAZ; de Ahmed Zakáev, emisario de los terroristas separatistas chechenos, del propio Litvinenko y de los ex ejecutivos de la petrolera YUKOS Natalia Chenisova, Dmitri Marúev y Alexandr Temerko. 

Asimismo, Gran Bretaña ha negado a otros países la entrega de delincuentes. Por ejemplo, en 2004 no quiso extraditar al islamista radical Abu Hamza al Masri, so pretexto de haber cometido delitos insignificantes en suelo británico, mientras que existían grandes probabilidades de ser condenado en los Estados Unidos a la pena de muerte acusado de actividades terroristas. Expertos rusos a los que ha tenido acceso Elmanifiesto.com han recordado cómo ya en 2002 un tribunal de distrito de Londres negó la entrega del  argelino Lofti Raissi, sospechoso según las autoridades estadounidenses de encontrarse involucrado en los atentados del 11 de septiembre.

¿Más casos? Durante diez años, Londres negaba a París la extradición del terrorista argelino Rashid Ramda (Abu Fares), quien gozaba del estatuto de refugiado en Gran Bretaña a causa “de un posible maltrato a los musulmanes en el sistema judicial francés”. A Farj Asan Faraj, conocido como el “Hamza libio”, las autoridades italianas le acusaron de pertenecer a un grupo criminal internacional que preveía realizar atentados en Italia y fuera del país. El gobierno italiano pidió su extradición, pero por parte británica fue rechazada. 

Tantos ejemplos –los citados son sólo una muestra- conducen inevitablemente a la evidente deducción de que en las decisiones de los jueces británicos prevalecen de forma inequívoca los motivos políticos, coincidentes generalmente con la política aplicada por el gobierno británico. La legislación británica, incluida la nueva ley de extradición, se presta a numerosas interpretaciones, lo que según fuentes rusas no puede servir de motivo para que otros países -léase Rusia- modifiquen sus respectivas legislaciones. La falta de cooperación británica en materia de lucha antiterrorista ha llevado a acusar a Gran Bretaña de falta de interés en la lucha contra determinadas organizaciones terroristas.

En otro orden de cosas Rusia se ha convertido en el tercer país del mundo en reserva de divisas, ya que Rusia ha superado a Taiwán por primera vez.  De forma clara, las enormes producciones gasíferas (la primera del mundo) y de petróleo (segundo productor mundial) han influido en tal incremento en las reservas de divisas. Ahora Rusia ocupa en dicha clasificación la tercera posición con 284.100 millones de dólares, pasando Taiwán al cuarto puesto con 266.052 millones. La quinta posición, datos de junio, corresponde a Corea del Sur con 250.200 millones de dólares. El primer puesto sigue ocupado por China continental con un billón doscientos dos mil millones de dólares, seguido por Japón  con 911.100 millones de dólares.

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