A veces la fantasía se convierte en realidad, sobre todo en el mundo de la ciberfantasía. La reciente explosión del movimiento yihadista se abastece de combustible en el mundo de la realidad virtual que podemos llamar ciberyihad.
Esto puede parecer un poco exagerado, pero si se compara con un fenómeno similar de la década pasada, se evidencia que gran parte del problema de hoy es que hay individuos que se inspiran en mundos de fantasía on line, y que luego tienen que volver al mundo verdadero.
¿Recuerdan en los años 90 cómo los ciber-romances pasaron de la computadora a la vida real? Llegó un momento en que todo el mundo conocía a alguien que tenía un romance on line. Según los testimonios de los que tomaron parte en esa moda, los ciber-romances ya son asuntos del pasado, pero fueron muy apasionantes. Los hombres y mujeres que se vieron envueltos en esta ola describían una especie de "urgencia" que los envolvía si no encontraban a su cibercompañero on line. Los ciberromances tendieron a hacerse rápidamente muy intensos, y muchas personas confesaron estar obsesionadas con su “parejas” virtuales.
Pero entonces el mundo cibernético comenzó a chocar con el mundo verdadero. Las relaciones en línea que comenzaron como una especie “de vamos a fingir”, actuando a modo de juego, comenzaron a sangrar en la realidad, cuando un partido o el otro decidió dar el paso siguiente y practicar sexo, es decir, tener un encuentro en la vida real. Las revistas femeninas y masculinas comenzaron a titular de repente “¿Son los ciberomances en realidad una trampa?” La respuesta, según los casos que acabaron en los tribunales con divorcios, era a menudo un “sí".
Si los ciberromances fueron un fenómeno de los años 90, el equivalente de estos días parece ser la "ciberyihad".
El 11-S abrió el melón
Antes de los ataques del 11 de septiembre, había un tráfico de mensajes yihadistas sobre Internet, y los terroristas seguramente usaron este medio de comunicación. Pero después del 11-S, la ciberyihad comenzó a despuntar. Creció el número de hombres jóvenes e incluso, aunque en menor número, de mujeres jóvenes, que buscaban individuos de la misma opinión en los chats yihadistas y sobre los foros.
Las conversaciones que hasta entonces habían sido tabú en algunos casos, comenzaron a ser más arriesgadas y a exponerse en la vida real, y estos individuos empezaron a tejer sus comunidades en línea sobre la web. A menudo estas incursiones del mundo yihadista en línea comenzaban con bastante inocencia, normalmente desde el aburrimiento o la curiosidad. Pero el mundo de la ciberyihad puede ser tan seductor como el mundo del ciberomance, y las consecuencias pueden ser mortales.
Los foros de encuentro y los chats proporcionan un medio sin precedentes para el reclutamiento y el adoctrinamiento de la yihad. A medida que los hombres jóvenes se enredan más y más en la ideología yihadista, comienzan a perder el contacto con las corrientes moderadas del mundo real. No es insólito ver a muchos de estos ciberyihadistas enganchados en chats-room y foros más de doce horas a día. Muchos son estudiantes o personas en paro; otros parecen estar desconectados durante bastante horas pero sólo para llevar sus actividades normales: el trabajo, el sueño, la escuela, etc., Rápidamente vuelven a estar en línea.
Poco después, estos reclutas nuevos son aspirados completamente por el mundo de la ciberyihad. A medida que visionan vídeos que glorifican las “misiones de martirio” (y desde luego, esta clase de videos no escasea pues aparecen nuevos videoclips sobre ataques diarios), los jóvenes comienzan a jurar que ellos también se unirán a la yihad en Irak, Afganistán, o en Occidente.
Buena parte de la infraestructura de la ciberyihad que vemos en Internet es patrocinada por Younis Tsouli, quien usó el Nick de “Irhabi 007”, o el "Terrorista 007”. Tsouli, una voz carismática en los foros de mensajes en 2003-2005, surgió en un momento crítico en el desarrollo del ciberyihad, y rápidamente desarrolló una actividad on line y off line.
Una de las contribuciones clave de "Irhabi 007" consistió en extender la propaganda yihadista con vídeos de instrucción sobre Internet. A medida que colgaba vídeos del grupo de Zarqawi en Irak, que mostraban la tortura y la decapitación de americanos, sus seguidores digerían esos vídeos y exigían más. Al Qaeda y otros grupos yihadistas respondían en Irak grabando más videos; "Irhabi 007" trabajó arduamente para asegurar que mediante canales de distribución apropiados cualquiera que quisiera ver los videos tuviera un acceso fácil.
Del ciberespacio al mundo real
Tsouli ha jugado un papel relevante en la radicalización de la juventud sobre la web; si se echa un vistazo a los archivos antiguos de los foros Ansar se comprueba que estos jóvenes primero surgieron en los foros donde hacían preguntas y buscaban videos, y con el tiempo comenzaron a expresar su deseo de unirse a la yihad en Irak, sobre todo, y en los países occidentales también.
Sería interesante saber cómo esta juventud fue motivada inicialmente por la yihad en línea, y luego recibió adoctrinamiento en el mundo real. Aunque no conozco ningún estudio científico que haya realizado un seguimiento de estas tendencias, una revisión superficial de las acusaciones y grabaciones en los juicios a terroristas prueba que existe una indudable huella de todos ellos en Internet.
Debido a la facilidad con que la yihad migra del ciberespacio al mundo real, la yihad virtual debe considerarse como un frente activo en la guerra contra el terror. Mientras se permita a la yihad virtual crecer sin obstáculos, las ideologías terroristas apoyadas en Internet seguirán desbordándose en ataques de terroristas verdaderos, y se perderán vidas humanas.
Es urgente que los gobiernos occidentales aprueben un plan claro y conciso para enfrentarse a la ciberyihad. En cierto modo, la ciberyiihad es hasta más peligrosa para el mundo que los campos de entrenamiento de los terroristas en Afganistán, porque aquellos pueden comunicarse con mucha gente en el aislamiento de sus propias casas, y el ciclo entero que abarca el reclutamiento, el adoctrinamiento, el entrenamiento, y la planificación de los ataques puede ser realizado on line. Sólo las últimas etapas de las operaciones se ponen en marcha en “el mundo real”: la creación real de los explosivos u otras "armas" para ser usadas en el ataque, y el ataque mismo. Pero hasta las celebraciones se realizan on line.
Internet puede ser un gran lugar para jugar al “vamos a fingir”. Pero la realidad virtual no se queda sólo en el universo on line. Salta tarde o temprano al mundo real. Y este es el gran problema de la ciberyihad.
(Laura Mansfield tiene una web llamada www.lauramansfield.com donde cuelga los videos propagandísticos de la yihad, traduce sus mensajes y analiza el terror islámico.)