Mientras que las elecciones europeas de mayo de 2019 se acercan rápidamente – cerca de 500 millones de ciudadanos europeos están llamados a las urnas para elegir a 705 eurodiputados – y para las que los partidos se enfrentan al rompecabezas de la redacción de las listas, el Viejo Continente parece dividido más que nunca entre proeuropeos y populistas (sobre todo de derecha).
Lo que explicó el comisario europeo Pierre Moscovici fue que las tensiones políticas actuales en Europa eran « el resultado directo » de la gestión de la crisis por
Estas reacciones ilustran perfectamente un discurso escuchado habitualmente desde hace varios años: el auge del populismo estaría relacionado con la degradación de la situación económica y social. Algunos ejemplos recientes dan crédito a este discurso. En Grecia, el partido de izquierda radical Syriza aprovechó la crisis económica para hacerse un hueco sin precedentes. El partido obtuvo un 35,5% de los sufragios en las elecciones legislativas griegas de septiembre de 2015, mientras que la tasa de desempleo superaba el 25%. Misma situación en el Brasil actual, donde el candidato de extrema derecha, Jair Bolsonaro acaba de ganar la primera vuelta de la elección presidencial, en un país donde la tasa de desempleo es superior al 12% y donde quince millones de personas viven con menos de 1,90 dólares al día.
Sin embargo, mirando mejor las cifras, la relación directa entre aumento del populismo y crisis económica está lejos de ser evidente en todos los casos. Partidos populistas – en general, de derecha radical – suben en efecto en numerosos países europeos que son prósperos en el plano económico, y donde la tasa de desempleo tiene tendencia a disminuir. Varias elecciones recientes demuestran esta constatación.
• Suecia
Después de las elecciones legislativas de septiembre de 2018, el partido de los Demócratas de Suecia – opuesto a la inmigración y clasificado como de extrema derecha – ha obtenido el 17,5% de los sufragios, mientras que fue el 12,9% en las elecciones de 2014. Los resultados de este partido, que no ha conseguido de todas maneras revolucionar el paisaje político sueco, han aumentado de forma importante. Sin embargo, paralelamente, el desempleo ha retrocedido. Según las cifras de Eurostat, la tasa de desempleo en Suecia pasó de 7,9% a 6,4% entre 2014 y julio de 2018.
• Alemania
El caso de Alemania es también muy revelador. Las elecciones federales de septiembre de 2017 estuvieron marcadas por un fuerte aumento de la AfD, un partido euroescéptico considerado y que hizo campaña sobre todo contra la inmigración musulmana. Este partido obtuvo 12,6% de los votos, contra el 4,7% en las elecciones precedentes de 2013. La AfD tiene el viento a favor ya que, según unas encuestas recientes, el partido es ya la segunda fuerza política del país. Al mismo tiempo, Alemania no había tenido desde hace tiempo una prosperidad semejante en el plano económico. La tasa de desempleo ha ido disminuyendo de forma continua desde 2009 (entonces era del 7,6%) y está actualmente en un nivel históricamente muy bajo (3,4%), según las cifras de Eurostat.
• Países Bajos
La tasa de desempleo en los Países Bajos ha disminuido mucho entre 2013 y 2018, pasando de 7,3% a 3,8%. La mejoría en la situación económica no ha sido obstáculo para que el Partido por
• Austria
Después de las elecciones legislativas de octubre de 2017, el FPÖ – considerado como un partido populista y nacionalista – realizó un salto espectacular obteniendo el 26% de los sufragios (mientras que obtuvo el 20,5% en las elecciones anteriores en 2013). La tasa de desempleo en Austria ha sido estable en un nivel poco elevado: era del 5,4% en 2013, y del 5,5% en 2017.
• Pero también en Dinamarca y Suiza
Dinamarca y Suiza son también ejemplos para matizar la relación directa entre la subida del populismo y la situación económica. Entre 2011 y 2015, la tasa de desempleo en Dinamarca ha pasado del 7,6% al 6,2%. Al mismo tiempo, el partido popular danés – considerado como populista – ha pasado del 12,3% al 21,1% después de las elecciones legislativas. Misma constatación en Suiza donde
«Las sociedades europeas están preocupadas sobre todo por sus valores y sus formas de vida»
Preguntado por el Figaro, el politólogo Dominique Reynié estima que la crisis económica de 2007–2008 pudo acelerar la emergencia del populismo en Europa pero, en su opinión, ése es un factor en segundo plano. “La crisis favoreció la existencia de un movimiento que quería castigar a las élites y al mundo financiero. Pero eso es solo uno de los elementos de la ecuación”, resume este experto.
Dominique Reynié considera que el auge del populismo en Europa es un movimiento de fondo muy anterior a la crisis de 2007-2008. “Si se observa el caso de Francia, Le Pen consiguió sus primeros buenos resultados en 1988 y en
«La explicación económica y social no es aceptable»
Para Dominique Reynié, la llegada de partidos populistas en toda Europa está sobre todo relacionada con la inquietud de las sociedades europeas en cuanto al futuro de sus valores y de su modo de vida. “Este miedo tiene que ver con la globalización en la que se inscriben los movimientos migratorios”, explica Dominique Reynié, que recuerda “las culturas con las que las relaciones son conflictivas”.
Según Reynié, las sociedades europeas están “sometidas a un choque cultural” y la explicación económica y social – que relaciona el auge del populismo con la crisis económica y el desempleo – no es “aceptable”. “La extrema derecha avanza en Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia…Sin embargo, ninguno de esos países tiene problemas con la globalización. Suecia incluso es la campeona del mundo en cuanto a igualdad y redistribución”, argumenta. Y concluye: “En Alemania,
Traducido por Esther Herrera
© Le Figaro