El tema estrella de nuestros tiempos

La resistencia de Occidente visto desde USA

Compartir en:

KYLE BRISTOW/ GLOBAL POLITICIAN
 
El pelotón de Occidente en El Campamento de los Santos
 
La teoría que afirma que la civilización occidental está en decadencia y morirá tarde o temprano, ha sido rechazada por los patriotas comprometidos. Este ha sido el tema recurrente en libros como La Decadencia de Occidente, de Oswald Spengler, El Suicidio de Occidente de James Burham, y La Muerte de Occidente. Lo que tienen en común estos autores es que creen que la civilización occidental se dirige inexorablemente hacia su ruina.
 
Yo creo, sin embargo, que la civilización occidental no será derrotada sin presentar batalla. En El Campamento de los Santos, la novela de “semi-ficción” de Jean Raspail[1], una horda de millones de inmigrantes del Ganges decide comandar una flota y poner rumbo a Europa. Estos inmigrantes son presentados por el autor como seres diferentes de manera innata a los europeos, y por lo tanto, incapaces y reacios a la integración cultural en Occidente.

A pesar de que el éxito del viaje de los inmigrantes hacia Europa significaría la muerte de Occidente, los europeos están ansiosos por recibir a los inmigrantes en sus países. Los traidores de Occidente cuelgan banderas en las calles con la proclama: “Ahora todos somos del Ganges”. Los medios, las iglesias, las instituciones educativas y culturales, las patronales y el gobierno dan, todos, la bienvenida a los inmigrantes. Hacia el final de la novela todo lo que queda de la cultura occidental son sólo veinte individuos en una villa del siglo XVII que se disponen a la guerra de guerrillas contra los enemigos de la civilización. El resto de Europa se une al Tercer Mundo.
 
Aunque el libro es calificado de “racista” por algunos críticos, realmente es una crítica del reciente fenómeno que afecta a Occidente: somos reacios a defender nuestra cultura.
 
Mientras que en la novela de Raspail son sólo veinte occidentales los que defienden la civilización, yo creo firmemente que, en realidad, muchos más se alzarán en defensa de Occidente cuando llegue el momento.

Nuestra civilización no caerá sin pelear como Occidente cayó en El Campamento de los Santos, porque nuestra gente se unirá para combatir a los enemigos de la civilización. De hecho, la lucha por la defensa de la civilización occidental hace tiempo que ha empezado en Europa.

El caso flamenco: Vlaams Belang

En Bélgica, los miembros del partido identitario Vlaams Belang[2] protestaron contra “La islamización de Europa” el 11 de Septiembre de 2007, aunque sabían que el alcalde izquierdista de Bruselas haría lo posible porque se produjeran arrestos entre los pacíficos manifestantes. Entre los arrestados se encontraban miembros del parlamento europeo, junto con otros 152 patriotas, que eran simples ciudadanos.

¿Cuántos políticos profesionales americanos[3] irían a la cárcel en defensa de la sociedad occidental? Ninguno, en mi opinión, porque Estados Unidos está plagado de políticos, mientras que Europa aún tiene la fortuna de contar con hombres de estado.
 
La diferencia entre un político profesional y un hombre de estado es que al primero sólo le concierne aquello que debe hacer para ganar las próximas elecciones, mientras que al segundo, al hombre de estado, lo que le concierne, por encima de todo, es el futuro de su pueblo.
 
Según el problema de la decadencia cultural de occidente se vaya agravando en los Estados Unidos, los políticos serán reemplazados por hombres de estado, conforme el pueblo norteamericano empiece a entender el fraude que representaban los anteriores.
 
En Bélgica, la purga de políticos ya está teniendo lugar. En Junio de 2007, durante las elecciones generales, Vlaams Belang ganó diecisiete de los ciento cincuenta asientos en la cámara de representantes y cinco de los cuarenta en el senado. De acuerdo con un artículo de la BBC publicado en Noviembre de 2004 sobre el anteriormente denominado Vlaams Blok:
 
“Un cuarto de los votantes flamencos, los belgas del territorio del norte en el que se habla holandés, apoyan su programa, independencia de Bélgica y repatriación de los inmigrantes, en especial los musulmanes. Su popularidad va en ascenso constante: de 10.4% en 1991, al 12.3% en 1995, 15.4% en 1999, y 18% en 2003.”

El Vlaams Blok consiguió el 24.1% de los votos en 2004. Para entonces, los traidores a la civilización occidental estaban tan preocupados por el ascenso del Vlaams Blok que el gobierno decidió ilegalizarlo “por ser racista”. El partido fue abandonado y refundado como Vlaams Belang.

Filip Dewinter, líder del Vlaams Belang, ha sido citado diciendo lo siguiente:

“¡Nuestra gente primero! Por supuesto que el Vlaams Blok quiere una Flandes flamenca. ¡Así como también quiere una Europa blanca!”

“La que vista una hijab está firmando su contrato de devolver al remitente.”

“No creo que el modo de vida de los musulmanes sea compatible con nuestro modo de vida”.

Otras partes de Europa
 
Bélgica no es el único lugar donde los occidentales marchan en primera línea en defensa de su civilización. En Gran Bretaña, el Partido Nacional Británico (BNP) recibe el cincuenta por ciento de los votos en algunas áreas, y ha empezado a ganar puestos administrativos a nivel local.
 
Los partidos laborista y conservador están tan preocupados que han unido sus fuerzas pidiendo a los ciudadanos que voten a cualquier opción de la tres mayoritarias (Laborista, Liberal o Conservador) pero que no voten al BNP en ningún caso. Quizás deberían estar más preocupados por el incremento de las mezquitas y las propuestas de asimilar las leyes islámicas.

En Francia, Jean Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, se situó en segundo lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2002. Por desgracia, perdió ante Jacques Chirac en la segunda vuelta. Sin embargo, Le Pen aún conserva un registro de éxito progresivo electoral, evidenciado por su asiento en el Parlamento Europeo desde 1984, siendo reelegido en 1999[4].

En Austria, el Partido de la Libertad Austríaco de Jörg Haider, conseguía cerca del 27% de los votos en las elecciones al parlamento de 1999.

En Holanda, Geert Wilders, miembro de el parlamento, es uno de los hombres de estado más populares. Propuso que el Corán fuera prohibido en el país, incluso en las mezquitas. Recientemente producía una película acerca de la maldad del Islam que condenaba públicamente el multiculturalismo y el relativismo moral, y, a pesar de las amenazas islamistas contra su vida, continúa defendiendo Occidente.

Lo que importa a los que ya no importan
 
Lo que todos los hombres de estado y movimientos politicos anteriormente mencionados tienen en común es que no están enfocados en asuntos mundanos como la política de impuestos, o el gasto público, sino en el problema más importante: la preservación de la civilización misma. Otro rasgo característico que comparten es que están creciendo en popularidad y presencia en los órganos de poder.

No hay sólo hombres de estado y movimientos politicos defendiendo Occidente, también podemos encontrar músicos. En Sudáfrica, el cantante Bok van Blerk se ha hecho famoso con la canción De la Rey, que trata sobre el General Koos de la Rey, que lideró a los Boers contra los colonizadores británicos en la Segunda Guerra Boer (1899-1902).

Según un artículo del Mail and Guardian Online titulado “El levantamiento de De la Rey”:

“En los conciertos, llenos hasta la bandera, de Van Blerk, la gente pide la canción De la Rey tan pronto como él sale al escenario. “De la Rey, De la Rey, Sal jy die boere kom lei?” (¿De la Rey vendrás a liderar a los Boers?) atronaba el público. La voz de Van Blerk es ahogada por la multitud cantando su canción, casi en posición de firmes, y algunos con las viejas banderas sudafricanas.”

Otros músicos Afrikaner se están uniendo tambien a la lucha por recuperar su identidad. La banda llamada Klopjag canta una canción titulada “Ek sal nie langer jammer se nie” (No pediré más disculpas), en protesta contra la manera en la que los blancos son todavía culpados y castigados por el apartheid.

Las canciones son importantes en la lucha contra los bolcheviques culturales que desean negar a los occidentales su legado cultural, porque las canciones ayudan a los Afrikaners a reclamar su identidad. Los oponentes de nuestra civilización no pueden ser combatidos si no podemos diferenciar entre nosotros y ellos.

Tanto la civilización china como la islámica fueron una vez fuertes, decayeron, y gracias a la perseverancia de su gente, han empezado a crecer con fuerza de nuevo. Si China y el Islam son capaces de volver de sus cenizas, ¿por qué no puede hacer lo mismo Occidente? Los enemigos están gravemente confundidos si creen que caeremos sin luchar, pues la reconquista está en camino.


[2] N.d.t.: Interés Flamenco. Anteriormente conocido como Vlaams Blok, Bloque Flamenco
[3] N.d.t.: Donde Bristow pone americano, podríamos poner español, al igual que de aquí en adelante cuando habla de la plaga de políticos en lugar de hombres de estado
[4] N.d.t.: Le Pen ha sido vuelto a reelegir en 2004.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar