El 94 % del presupuesto iraquí se encuentra asegurado por los dos millones de barriles/día extraídos del subsuelo. Una explotación que podría elevarse hasta cinco millones de barriles diarios si las capacidades de tres grandes refinerías del país, especialmente la de Bayji, lo permitiesen.
El mercado negro se desenvuelve sin trabas en Irak hasta el extremo de que alcanza un valor medio de cinco mil millones de dólares por año. De ese dinero, el 70 % proviene de desfalcos efectuados solamente en la producción de Bayji. Algunos traficantes llegan a pagar hasta 1.000 dólares para que la policía deje pasar sin control por carretera por cada camión cisterna.
Las sociedades de explotación del petróleo ya no son las de hace treinta años, “las siete hermanas”. Ahora, de las siete ya sólo son cuatro: Exxon- Nobil, Chevron, Shell y Total. Parece claro que no tienen capacidad para organizar el conjunto de la producción de crudo iraquí.
Más tarde o más temprano hará falta revisar las condiciones que atribuyen la explotación exclusiva del petróleo iraquí a las compañías anglosajonas, que no utilizan todas las fuentes, pero que son bien conocidas de los especialistas.