Dios los cría y ellos se segregan

Los colegios ingleses se dividen por razas

Al final, este es el resultado del multiculturalismo: la gente tiende a separarse en función de su origen étnico para estar junto a sus iguales. El fenómeno, ya observado en los Estados Unidos, se reproduce ahora en Inglaterra, especialmente en las viejas ciudades industriales del norte, hoy deprimidas: se llama “vuelo blanco” y consiste en que las familias blancas se cambian de zona para que sus hijos vayan a colegios de blancos. Al Gobierno británico le preocupa que esto aumente las tensiones raciales. He aquí una historia que nadie más en España le contará. Léala y, después, mire nuestras escuelas.

Compartir en:

elmanifiesto.com

Arrecia en Inglaterra el “vuelo blanco”: el movimiento de familias –blancas- que se cambian de zona para que sus niños no vayan a colegios en los que haya mayoría de niños asiáticos o africanos. Pero las otras comunidades actúan del mismo modo. El viejo proyecto de inducir el mestizaje mediante la convivencia forzosa en la escuela de niños de distinto origen étnico parece haber fracasado. Cada vez más ciudades inglesas tienen colegios en los que la mayoría de los niños son o bien blancos, o bien asiáticos o bien negros. Un gran número de chicos de muchas áreas del país –particularmente, antiguas ciudades deprimidas del norte de Inglaterra- apenas tienen contacto con niños de distinto origen étnico, aunque vivan cerca unos de otros. El asunto preocupa a la elite política británica, que ve aquí un factor de división que puede conducir a un aumento de las tensiones raciales.

En un reciente documental de la BBC se dijo que el ayuntamiento de Blackburn y Darwen, en Lancashire, era el que más notaba la división en su seno debido a las vidas paralelas que llevan las distintas comunidades que viven en el municipio: un 70% de blancos y un 26,5% de asiáticos. Esta semana los Tories, conservadores, presentaban su plan para evitar la segregación: marcar objetivos que aseguren que los alumnos blancos y asiáticos sean educados juntos en los colegios de estas ciudades del norte.

David Willetts, número dos del Ministerio de Educación, declara al Observer: “Hay ciudades que se han visto así divididas por motivos sociales, religiosos o étnicos, lo cual crea increíbles tensiones. Las escuelas de estos lugares son lugares de segregación. Una forma de remediarlo es señalar un objetivo a los colegios: seleccionar  alumnos pertenecientes a todas las comunidades”. El veterano laborista Jack Straw, varias veces ministro con Tony Blair, advertía: “La gente está respirando el mismo aire, pero caminando en aceras distintas”. Straw debe saberlo, porque su circunscripción es precisamente Blackburn, cuyo penúltimo alcalde, por cierto, se llamaba Zamir Khan. En el municipio de Straw hay tres colegios con mayoría de blancos: Darwen Vale High, con el 95, 5%; Darwen Moorland High, con el 91,6% y St Bede´s Roman Catholic High, con el 96,3%. En otro, el Beardwood High, el 94,5% de los estudiantes son asiáticos, mientras que sólo el 2,5% son blancos.

En Bradford, escenario de los disturbios raciales del 2001, la situación es muy parecida. De sus 28 colegios de secundaria, 10 cuentan con un 90% o más de alumnos que son de una misma comunidad. La población de Bradford es de un 62,8% de blancos y un 32,7% de asiáticos. En el Ilkley Grammar School, el 93,8% de los niños son blancos, con sólo un 2,3% de la comunidad asiática. De los niños que van al Belle Vue Boys, el 95,6 % son asiáticos, mientras que sólo 1,2 por ciento son blancos.

Alan Johnson, Secretario de Educación, ha asegurado que el gobierno está afrontando el problema: “Tenemos la tarea de promover la cohesión de las comunidades. Los colegios religiosos y  los que no lo son tienen que ayudarnos en ello. Por ejemplo, compartir sus profesores. Así estos problemas podrían desaparecer”.

La pregunta es si estas medidas, que son las que se pusieron en práctica hace años, no volverán a dar el mismo resultado, es decir, que la gente se cambie de residencia para evitar una convivencia que no desea. Y si eso se impide obligando a una paridad étnica en las aulas, ¿no significará eso un aumento de las tensiones, precisamente por ser una medida de fuerza?

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar