El ex ministro de Justicia holandés, Piet Doner, hizo unas declaraciones en las que afirmaba que la sharia, o ley coránica, podría ser introducida en Holanda si dos terceras partes de la población así lo desean. Las críticas no se hicieron esperar. Pero es un hecho que las leyes musulmanas van entrando en Europa, y la comunidad islámica esgrime, satisfecha, la prueba de que Gran Bretaña ha aceptado parcialmente el derecho hereditario islámico.
En ese contexto se ha celebrado en la Universidad holandesa de Tilburgo un simposio sobre la sharia en Europa. La estrella del simposio ha sido la profesora (visitante asociada) de la universidad Georgetown de Washington Maysam Al Faruqi, palestino-norteamericana, según la cual no existen diferencias sustanciales entre la legislación europea y la sharia islámica: "Los dos sistemas pueden coexistir fácilmente. Nosotros partimos de los mismos valores y principios. Todo jefe de familia desea que sus hijos crezcan sanos, no roben ni mientan. Sólo las costumbres islámicas son tal vez diferentes".
Según Al Faruqi las diferencias entre la ley islámica y la holandesa se sitúa sobre todo en el terreno de las costumbres: "Algunos musulmanes se niegan a darle la mano a una mujer o a comer carne de cerdo. Esas no son cosas importantes. No me puedo imaginar que la cultura holandesa sólo gire alrededor de dar la mano o no. La cultura holandesa es más que eso".
Respecto al concepto occidental de los derechos humanos, Al Faruqi sostiene que no hay discrepancia con la sharia: "La ablación del clítoris y otros crímenes son, por supuesto, un problema en el mundo islámico. Es cierto que en algunos países musulmanes eso es habitual. Allí es donde se debe hacer algo. Pero este tipo de comportamientos no son estimulados por la sharia. No existe ninguna abismo entre los derechos humanos y la aplicación de la sharia en terrenos como la protección de la vida humana, la propiedad o la dignidad".
La profesora de Washington señaló que el problema reside en que la sharia no es una ley escrita, sino que se construye sobre la práctica de las sentencias judiciales, es decir, la costumbre, de manera que ciertas tradiciones como la mutilación de genitales femeninos o la quema de viudas pueden elevarse fácilmente a la categoría de ley. Pero Al Faruqi dice que eso en Europa no ocurrirá: "Lo único que debemos hacer es aceptarnos mutuamente y tolerar que algunos tengan otros valores y normas. Es así de simple. Cuando alguien por sí mismo está seguro de sus principios, entonces no tendrá que asustarse por el hecho de que alguien tenga otros valores y normas, o quiera vivir de acuerdo a la sharia".
La unidad del derecho es uno de los principios esenciales del ordenamiento jurídico en Occidente. La hipótesis de que en un solo espacio puedan coexistir comunidades con derechos diferentes es unánimemente rechazada en todo el espacio occidental.