La de Aquilino Duque es tal vez la mejor prosa de un autor español vivo. Para los que hemos aprendido a vivir y a leer con extraordinarios ensayos como los de El suicidio de la modernidad o novelas tan hondas como Las máscaras furtivas, cada nueva obra suya es una invitación a seguir aprendiendo; el maestro nunca defrauda. Lo último de Aquilino Duque, que siempre –y gozosamente- es lo penúltimo,
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Portada de "La loca de Chillán" |
es La loca de Chillán, una novela superpoblada de personajes y situaciones que se lee de un tirón, de sorpresa en sorpresa, como saltando entre unos párrafos exquisitamente construidos. Planteamiento: he aquí la vida de una singular elite española, la de los hijos progres del franquismo, que entre los años sesenta y setenta pasan de la comodidad burguesa de España a la no menos cómoda existencia conspirativa de los salones internacionales. Colmillo agudo, indulgencia desengañada y mucha verdad. ¿Esto es todo? No, hay mucho, muchísimo más: alucinaciones amerindias, espías soviéticos, burguesía romana… Y hay, sobre todo, la presencia de un autor que lo vivió en primera persona y que aquí, como Hitchcock, no deja de permitirse algún “cameo” por entre los escenarios de su historia. Sencillamente deliciosa. JJE.
Aquilino Duque: La loca de Chillán, Pre-textos, Valencia, 2007, 278 pags.