Si El Día de Córdoba es veraz en su antetítulo del 21 de enero de 2009 (“Geert Wilders comparó el islam con el nazismo, lo que supone un delito de discriminación e incitación al odio”), la comparación del islam con
Sin embargo, esta incomprensible islamofilia de los políticos europeos, donde siempre caben excepciones incluso en los gobiernos, como
Pero no voy a irme por la tangente, y seré estricto con la información de El Diario de Córdoba y de la que se hacen eco otros medios. Si la comparación de cualquier grupo, religión o ideología con el nazismo es susceptible de considerarse delito, la pregunta es muy sencilla: ¿qué le ocurriría al ejecutivo catalán de encontrarse en Amsterdam en vez de en Barcelona? ¿Serían objeto de alguna investigación por convocar una manifestación donde había pancartas que comparaban el Estado de Israel con
España va a la deriva en este asunto, y está queriendo pagar, con su política de cesiones, un complejo de culpa que en nada le beneficia (colonialismo, imperialismo, etc.). Es triste que de nuevo con la aquiescencia de nuestros representantes públicos, que no sé si se darán cuenta de que incluso pueden estar fomentándola (Pedro Zerolo hablando de masacre, Gaspar Llamazares pidiendo que se llame a consultas al embajador israelí…) comience a brotar la judeofobia en gran parte de la población española. Y eso no es bueno, sobre todo si quieren construir esa patria del mestizaje que tanto lloran.
En una Europa en la que el judío vuelve a ser el malo (los “amos del mundo”, los “sionistas racistas”, el “terrorismo de Estado”…), y los musulmanes no pueden ser criticados, porque eso es xenofobia e islamofobia, dado que practican la religión de la paz y sus países son paraísos sobre
Disentir, empero, y no hemos de olvidarlo, es lo que convierte al ser humano en ser racional, la diferencia entre quien corea una consigna y quien analiza realidades.