Pues casi vaya usted controlando a su hija, ¿no?

Un cuarto de las adolescentes norteamericanas padece una enfermedad venérea

Lo ha hecho público el NY Times. Un estudio sobre cuatro de las más comunes enfermedades de transmisión sexual ha sido realizado, por primera vez a nivel nacional, en los Estados Unidos. El objeto del estudio han sido las adolescentes y las mujeres jóvenes norteamericanas. Cerca de la mitad de las adolescentes afro-americanas, con edad comprendida entre 14 y 19 años, estaban infectadas con, al menos, una de las cuatro enfermedades objeto del estudio: HPV, infección clamidial, herpes genital y tricomoniasis. La nación que fue el paradigma de la Modernidad, sigue siendo, tras la post-modernidad, la guía del cómo será el mañana del resto mundo occidental.

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Mientras que el 50% de las chicas negras padecen alguna de las cuatro enfermedades citadas, en el caso de las chicas blancas se trata de un 20%, según han expuesto los oficiales sanitarios y encargados del estudio en un encuentro científico en Chicago.
 
Las dos enfermedades de transmisión sexual más comunes entre los casos positivos estudiados fueron el VPH (Virus del Papiloma Humano) y la infección clamidial. Ambas muy peligrosas, a su manera. La primera, el VPH, puede causar cáncer y verrugas en los genitales.
 
La infección causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, puede dañar los órganos reproductivos de la mujer. Aunque generalmente la clamidia no presenta síntomas o tiene síntomas leves, hay complicaciones graves que pueden ocurrir “en forma silenciosa” y causar daños irreversibles, como infertilidad, antes de que una mujer se dé cuenta del problema. La clamidia puede también causar secreción del pene en un hombre infectado.
 
Entre las mujeres infectadas, el 15% presentaban más de una de estas enfermedades.
 
Más sobre ese jinete del Apocalipsis llamado Chlamydia trachomatis
 
Toda persona sexualmente activa puede ser infectada con clamidia. Entre mayor número de parejas sexuales tenga la persona, mayor es el riesgo de infección. Las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes que son sexualmente activas están expuestas a un mayor riesgo de infección porque su cuello uterino no se ha desarrollado completamente. Debido a que la clamidia puede transmitirse por relaciones sexuales orales o anal, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres también están en peligro de contraer la infección clamidial.
 
A la clamidia se le conoce como la enfermedad "silenciosa” porque casi 3 de cada 4 mujeres infectadas y cerca de la mitad de hombres infectados no presentan síntomas. Si hay síntomas, éstos aparecen generalmente entre 1 y 3 semanas después del contagio.
 
En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente el cuello uterino y la uretra. Las mujeres que tienen síntomas podrían presentar flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. Algunas mujeres siguen sin tener signos ni síntomas cuando la infección se propaga del cuello uterino a las trompas de Falopio; otras presentan dolor de vientre, lumbago, náusea, fiebre, dolor durante el coito o sangrado entre los períodos menstruales. La infección clamidial del cuello uterino puede propagarse al recto.
 
Los hombres que tienen signos o síntomas podrían presentar secreción del pene o una sensación de ardor al orinar. Los hombres también podrían presentar una sensación de ardor y picazón alrededor de la abertura del pene. El dolor y la inflamación de los testículos es poco frecuente.
 
Los hombres o mujeres que reciben penetración anal pueden contraer la infección clamidial en el recto, lo cual puede causar dolor rectal, secreciones o sangrado. La clamidia puede hallarse también en la garganta de las mujeres y hombres que han tenido relaciones sexuales orales con una pareja infectada.
 
Hay cierta evidencia de que en las mujeres embarazadas, las infecciones clamidiales que no reciben tratamiento pueden propiciar partos prematuros. Los bebés que nacen de mujeres infectadas pueden contraer infecciones clamidiales en los ojos y en el tracto respiratorio. La clamidia es una de las causas principales de aparición temprana de neumonía y conjuntivitis (ojo rosado) entre los recién nacidos.

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