El éxito de Elmanifiesto.com ha fagocitado a nuestra revista de pensamiento crítico. Pero ésta se mantiene y acaba de salir su n.º 11 dedicado a la actual crisis de nuestro Sistema económico. Mantener una revista parecida, de difusión obviamente más restringida y selecta (permítasenos las malsonante palabra para el igualitarismo imperante), se justifica por varias razones: aparte de la obvia obligación contraída con nuestros lectores y suscriptores, que nos lo han solicitado con insistencia, el papel es el soporte idóneo para los artículos de pensamiento y permite guardar la revista durante años.
(Una advertencia importante: a partir de ahora, el “selecto público” que desee ilustrarse leyendo nuestra revista sólo la podrá adquirir mediante suscripción o por compra de un ejemplar a través de Elmanifiesto.com.)
Hace veinte años caía el Muro que dividía Europa; con él se derrumbaba, casi simultáneamente, el sistema comunista. Lo que el año pasado no cayó (aún), pero sí quedó en quiebra, fue el vigente sistema financiero.
En los meses transcurridos entre septiembre de 2008 y hoy, hemos visto que los Gobiernos usaban miles de millones de dólares y de euros de sus contribuyentes para dárselos a los bancos; que un país entero, Islandia, se declaraba en bancarrota; que entraba en la cárcel el mayor estafador conocido, Bernard Madoff, el epítome de la seguridad y la honradez, el bolsista en quien confiaron las mayores fortunas de Estados Unidos. En España, Zapatero negó la crisis, prometió el pleno empleo entre 2008 y 2012 y aseguró que nuestro país alcanzaría en renta per cápita a Alemania en 2010. Ahora, tenemos en torno a 4,5 millones de parados, el crédito ha desaparecido y los impuestos han subido. Un desastre económico… y también un desastre intelectual, porque las ideas que impulsaron el modelo financiero demolido por la realidad siguen operando; apenas nadie se atreve a ponerlas en duda o a proponer otras.
Los autores: explicaciones y propuestas
En este número de la revista El Manifiesto, su director, Javier Ruiz Portella recuerda cuando preguntaba a los húngaros hartos del comunismo “¿qué salida hay entonces?” y obtenía una sola respuesta: “Sopron”, la ciudad fronteriza entre Hungría y Austria; es decir, el viaje a Occidente. Ahora que todo el mundo es Occidente, ¿hay escapatoria?
El pensador francés Alain de Benoist propone la ruptura de la globalización y la sustitución de la deslocalización por la relocalización. Que las empresas en vez de desplazarse a lugares en función del menor coste de la mano de obra y de otros gastos se acerquen a sus mercados.
El periodista Carlos Salas insiste en la codicia como causa de la crisis, pero no una ambición normal, sino una codicia permitida y hasta alentada por el sistema. Madoff fue uno de los muchos banqueros y bolsistas que promovieron (eran donantes de los dos grandes partidos de Estados Unidos) la eliminación de barreras, límites y controles, tanto en la Administración como en el sector privado. Ser prudente y precavido pasó de moda. Y todos lo aceptamos. ¿Es una solución el retorno a virtudes antiguas y trasnochadas?
Martín López Corredoira destaca el absurdo del sistema neoliberal: fomentar el consumo y la producción para mantener en marcha una máquina insensible.
Además, y fuera del tema central de este número, colaboran con diversos artículos sobre la muerte del arte, de la belleza y de la literatura Juan Pablo Vitali, Sixto J. Castro y Antonio Martínez Belchí.
¡Buena lectura, selectos y afortunados lectores!
