La necrofagia como una de las bellas artes

Cadáveres ambulantes de gira por España: “Bodies”

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Gunther von Hagens es médico anatomista. Hacia 1977 ideó un método para conservar cadáveres indefinidamente: les sustraía los fluidos y los reemplazaba por resinas y silicona. Lo llamó “plastinación”. Desde mediados de los años noventa dio en organizar exposiciones con los cuerpos así “plastinados”. Primero lo presentó como manifestación artística; después, gradualmente, fue girando su discurso para hacer pasar sus exhibiciones como una “democratización de la anatomía”. Ello no ha impedido que su exposición Bodies sea considerada como una de las manifestaciones más características no de la pedagogía o de la medicina, sino de la cultura actual.
 
¿Qué es Bodies? Una exposición de cadáveres. La organización sostiene que los cuerpos proceden de donantes chinos, extremo éste que ninguno de los interfectos, ciertamente, ha desmentido. Von Hagens los dispone de tal modo que el visitante adquiere un conocimiento completo de la anatomía humana. Por supuesto, el morbo del asunto consiste en que se trata de cadáveres reales, de personas que un día existieron.
 
Para paliar los posibles efectos del prejuicio que la exhibición de cadáveres pudiera suscitar, Hagens dota a su exposición de un discurso de tipo “ilustrado”. “Ver es conocer”, dice. Añade: “Todos los especimenes de esta exposición han sido tratados con toda la dignidad y respeto que se merecen”. ¿Y para qué? Para paliar la ignorancia generalizada acerca del cuerpo, dice el ilustre pedagogo. Hagens promete felicidad: “Aproveche los conocimientos que ha adquirido gracias a esta exposición, amplíelos y úselos para convertirse en un partícipe bien informado del propio cuidado de su salud. Esto requiere más que una mejora de su dieta o que el inicio de un extenso programa de ejercicio físico que debería haber comenzado hace tiempo; implica colaborar con su médico en la comprensión de lo que usted y su organismo único necesitan para mantener una vida plena y gratificante”. A la vida sana a través del cadáver ajeno.
 
Los muertos que vos recicláis…
 
Merece la pena detenerse en el proceso técnico de reciclaje del cadáver. En primer lugar se elimina el agua de los tejidos mediante inmersión en acetona. A continuación, se elimina también la acetona en una cámara de vacío. Durante este paso del proceso, conocido como impregnación, los espacios en los tejidos del espécimen, antes rellenos de acetona, se rellenan ahora en su lugar de caucho silicónico líquido. Por último, durante una fase denominada curación, el caucho silicónico se trata con un catalizador y se endurece. El producto final es un espécimen cauchutado que puede ser examinado fácilmente sin posibilidad alguna de deterioro causado por la descomposición natural que otro modo lo hubiera hecho inadecuado para el estudio o la exhibición pública. Son literalmente las explicaciones que dispensa la organización.
 
Como era previsible, la organización estimula especialmente las visitas de escolares, rígidamente organizadas en grupos de veinte, sin límite de edad y con reserva previa de audioguías al precio de tres euros cada una. El precio de la visita oscila entre los 19,50 y los 9 euros, según grupos, días y edades. Hay precios especiales para los niños de entre cuatro y doce años; los niños menores de cuatro años no pagan.
 
La exposición está organizada por Energy Splash, Premier Exhibitions, Desejo Sem Limites y Refresh Multimedia, y en Madrid se ha albergado en el Centro Cultural de la Villa, dependiente del Ayuntamiento. “Bodies” ya ha pasado por Barcelona, en las Drassenes reials, donde se ha prorrogado hasta el 31 de marzo.
 
Por si alguien no las tuviera todas consigo, la web de la exposición proporciona comentarios supuestamente enunciados por visitantes anónimos: "Creo que la dignidad y respeto que se ha dado a estos cuerpos es magnífico”. “¡Qué maravilloso enfoque para darnos cuenta que somos todos iguales!”. “Todo el mundo debería visitar esta exposición”. “Más interesante que cualquiera galería de arte”. "A partir de ahora, voy a cuidar mucho mejor mi cuerpo!". "Esta exposición me ha ayudado a apreciar más la vida". "Mi marido fuma y cuando ha visto los pulmones de fumadores, la primera cosa que me ha dicho ha sido: voy a dejar de fumar".
 
Confortado por tan buenos sentimientos, el público abandona la exposición. En la sala quedan personas que no descansan en paz. Allí estarán hasta la próxima exposición de cadáveres ambulantes.

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