El atractivo de la candidatura de Gustavo Villapalos residía en su independencia. Hombre cercano al Partido Popular hasta el punto de haber ocupado con Ruíz-Gallardón la cartera de Consejero de Educación de
La decepción ante el fracaso de esta candidatura no puede limitarse, pues, al entorno del Catedrático de Historia del Derecho y su equipo de colaboradores. Para el común de los ciudadanos hubiera resultado esperanzador el ejemplo de una institución celosa de su libertad e independencia, y consciente de su excepcionalidad como ámbito susceptible para una ilustrada autogestión cara a los torpes intereses de poder.
La molicie de los principales candidatos y del 80% del cuerpo electoral está a punto de signar el perfil partitocrático de todo un cuatrienio. Este volumen de abstención invita a considerar si todo el prestigio de la institución estará basado en un simple error de apreciación: la mentalidad de los profesores, los alumnos y los funcionarios no difiere en absoluto del perfil común del resto de la sociedad; que acaso sea falso el prejuicio intelectualista que afirma en las personas más ilustradas un deseo permanente de autonomía y autogobierno que las capacita para imaginar y poner en práctica las mejoras y avances que la res-pública necesita; que pertenecer a la comunidad universitaria no implique otra cosa que disponer de un sueldo del Estado (“¿para qué te vas a complicar la vida?”) o la posibilidad de obtenerlo; que no hay más elite en España que la que manda en el partido y, a través suyo, en cada rincón de la sociedad civil.
Ante la amenaza de la segunda vuelta, los dos candidatos de derecha tendrán que hacer frente común. Aún así, parten con una clara desventaja frente al éxito cosechado por Carlos Berzosa. Perdida la ocasión de proclamar la independencia de
La victoria de Nogales sobre Berzosa sería un simple mal menor, otra “victoria sin alas”: vergonzosamente, los candidatos con posibilidades de ser proclamados como Rector de la primera universidad española seguirán designándose en algún despacho de Génova o de Ferraz… con la connivencia de ocho de cada diez llamados a las urnas que prefirieron “pasar” del futuro gobierno de
La “República Complutense”, entre cuyos ciudadanos y dignatarios habría de encontrarse gran parte del talento de nuestro país, tendrá que hallar una mejor ocasión.