22 de diciembre de 2024

Director: Javier Ruiz Portella

Contra el olvido

Han pasado 27 años desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco, aquellos días tristemente inolvidables en los que ETA y sus actos criminales volvieron a romper el corazón a millones de españoles. Recuerdo intensamente aún el clamor de mi ciudad (Vigo), de todas las ciudades de España pidiendo, suplicando a los desalmados asesinos etarras que tuviesen piedad de un joven, que quizás podría haber sido tu hijo, tu hermano o quizás tú mismo… un joven sencillo, humilde, un valiente en tiempos de plomo. Los cobardes y sanguinarios asesinos lo señalaron por ser un objetivo fácil. ¡Siempre tan miserables! Ellos, esas bestias sanguinarias, han sido premiados por el PP y por el PSOE. Zapatero y Rajoy legalizaron Bildu, pisoteando así la memoria de las víctimas y de sus familias; a cualquier demócrata y cualquier persona de bien se le revolvieron las tripas. Desde sus poltronas políticas, los rostros del mal se ríen de nosotros, nos humillan día a día con más de 1.000 actos de homenaje a los asesinos en los años 2022 y 2023. Hoy compadrean en los pasillos del Congreso con unos y con otros. Ya no necesitan matar por la espalda, poner coches bomba y masacrar a inocentes, adultos y niños. Los cobardes gudaris ya tienen su premio y caminan con insolencia y chulería hacia su república marxista-leninista ante la mirada atónita de los españoles de bien. ¡Cuánto dolor, muerte y sufrimiento! Hasta que nos queden fuerzas hemos de recordar la verdad, lo que pasó en mi España, aquellos tiempos de ignominia y crueldad que tanto siguen doliendo en la memoria. Recordar quiénes mataron, masacraron, secuestraron, extorsionaron, acosaron y ejecutaron a nuestros compatriotas; y recordar que los asesinos y sus cómplices están hoy en las instituciones, amparados por un PSOE vomitivo y por un PP acomplejado y en silencio oportunista, como siempre: prefieren el silencio y el olvido a que les llamen fachas.

Estamos viviendo días muy oscuros y nos esperan momentos muy duros que nos revolverán más si cabe las tripas, pero la memoria de Miguel Ángel Blanco y la de todas las víctimas está presente y late en nuestros corazones, empujando a los españoles que tienen sangre en las venas a seguir luchando contra el mal. Nos costará sangre, sudor y lágrimas, pero despertaremos de esta terrible pesadilla. Nunca, mientras tengamos aliento, las víctimas serán olvidadas. Esos criminales no ganarán. El sacrificio de Miguel Ángel y el de miles de españoles víctimas directas de ETA no puede ser en vano. Los traidores tienen que dejar inmediatamente de negociar, de compadrear con los asesinos etarras. Memoria, dignidad y justicia para nuestras víctimas.

Alfonso Caride, activista social

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