«Al Andalus no era ningún sueño de convivencia»
Miguel Pato
Entrevista a Fernando García de Cortázar
(8/06/2009)
El Premio Nacional de Historia 2008 analiza las recientes declaraciones del presidente de EEUU en el que pone como ejemplo de entendimiento de las culturas lo que fue en España Al Andalus y el esplendor de Córdoba en el siglo X. García de Cortázar es tajante al afirmar que las «asociaciones que saltan por los siglos son siempre falaces y peligrosas».
¿La convivencia entre judíos, musulmanes y cristianos en Al-Andalus fue tan rica como popularmente se cree?
Culturalmente dio muchos frutos, pues parte de la sabiduría clásica llegó a Europa a través de Al-Andalus. Ahora bien, aquel mundo no era ningún sueño de convivencia y sólo el siglo XIX con su búsqueda de paraísos exóticos y felices ha podido llegar a afirmar ese ensueño romántico.
¿Es un ejemplo que realmente deberíamos de aplicar hoy en nuestras relaciones internacionales?
No. Es absurdo. Al Andalus era un mundo extremadamente violento y cruel. El Islam era y es una teocracia, a la que le resulta difícil aceptar la modernidad. No ha tenido los procesos de secularización que ha tenido la teología cristiana con un Tomás de Aquino de intérprete de Aristóteles.
¿Era un entorno tan idílico, en cuanto a libertad religiosa se refiere, como suelen creer algunos?
Ni mucho menos. Judíos y cristianos debían pagar impuestos especiales y gozaban de menos derechos que los musulmanes, eran súbditos de segunda. A las discriminaciones de la Córdoba Omeya, hay que sumar, además, las persecuciones religiosas de almorávides y almohades. Averroes, sabio musulmán, y Maimónides, sabio judío, sufrieron el peligroso fanatismo de los segundos.
¿Se equivoca Obama cuando habla de aquella Córdoba y dice que coincide en el tiempo con la Inquisición?
La Inquisición se crea en el siglo XIII para combatir la herejía albigense en Francia, y el esplendor de la Córdoba califal se produce en el siglo X. Por cierto, en esa Córdoba de las luces se castigaba la blasfemia contra el profeta con la pena de muerte.
Estas declaraciones de uno y otro presidente, ¿cree que podría despertar las aspiraciones que algunos grupos islamistas radicales han expresado sobre Al-Andalus?
No. El islamismo radical se ve como espada del Todopoderoso y venera el rayo del terrorismo sin necesidad de que ninguna declaración de ningún presidente occidental despierte sus aspiraciones. El islamismo radical es presa de una rabia ciega contra los logros de la modernidad. Y, por mucho que apele a la conquista de Granada o al hundimiento del imperio otomano, sus jóvenes guerreros son más hijos del nihilismo que del historicismo.
¿El presidente de EEUU persigue una utopía con estos mensajes en su política exterior? ¿Y el nuestro con la Alianza de Civilizaciones?
Lo dice usted muy bien, se trata de una utopía. Los dos mensajes se mueven en el terreno de los deseos y no en el de las realidades, que tristemente pasan por la capacidad de destrucción de una ideología teocrática que no ha evolucionado desde Mahoma.
¿Hasta qué punto es una buena estrategia usar la Historia del medievo para política exterior?
Es absurdo. No tiene ningún sentido. La Edad Media dista años luz del presente. Es otro mundo. La Historia no pasa en balde: esas asociaciones que saltan por los siglos son siempre falaces y peligrosas.