Cuaderno de extravío
a Vicente Gallego,
por su “Consideraciones sobre el rostro original”
A qué vienes a buscarte,
querido amigo.
Con que armas te presentas a la pugna
de las verdades sin nombre.
Otros antes que tú hicieron trizas su pecho
en el cárdeno latir de lo sagrado.
Aléjate de la bruma
donde las ubicaciones
dejan de hacer pie.
Trata de parecer dubitativo
cuando afirmes que nadie somos.
Déjalo estar,
aceptemos el límite de las nomenclaturas,
la placidez de los que no se cuestionan,
y asumamos el salvoconducto que,
por nacimiento,
nos corresponde.
Poeta, extracto de lejanías,
ya te huye el armazón de los dogmas
en tu plática incandescente
acerca del Uno.
Colono desgarrado,
abandona el territorio de las preguntas irresolubles
o el conformista pondrá precio a tu cabeza.
Cierra tu herida como un párpado,
te lo ruego,
no quieras perderte
hacia la luz de alguna parte
o me arrastrarás contigo
a un viaje sin retorno.