Historia de una cobardía

Historia de una cobardía

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Es el horror de comprender que atardece

                                                                                            Pablo de Rokha

 

Un silencio se propaga,

un silbido de ceniza agonizando en el océano.

 

Los huesos que lanzas

configuran el peor de los presagios,

un azote no erguido todavía

apunta al espectro que serás.

 

Es el silencio atroz, humeante,

que se hará con la plaza de tus antepasados.

 

Se enfila la marcha de los usurpadores

y sus pequeños dientes de ratón lujurioso

querrán saber del oro que porta tu pecho.

 

Ya tamborilea el galope de sus bestias

mientras los niños construyen castillos de arena.

 

No hay nada que hacer más que esperar a sus antorchas.

 

Ve a dormir,

unge la puerta de tu alma

con sangre de algún inocente

y cuando amanezcas

pide turno entre los reclutados por la mentira.

 

Propaga como te indiquen la amnesia a los claudicantes

entre las ruinas que decoren el escenario

y contempla cómo se postra Occidente

para hacer más fácil

la decapitación de su identidad.

 

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