El Congreso de Valencia

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Kane siente nostalgia. Este fin de semana, en Valencia, o mejor viendo y oyendo lo que allí estaba ocurriendo, el congreso del PP, Kane ha rememorado tiempos pasados y heroicos. Aquellos tiempos en que existía la URSS y el Bloque del Este, aquellos tiempos de Soviet Supremo y de Duma en que se elegía al líder, normalmente, candidato único, por porcentajes de voto superiores al 80%, aquellos tiempos donde se aclamaba al electo con rítmicos aplausos. Aquellos tiempos: en que los paripés electorales se producían en la URSS y sus satélites para justificar la democracia popular. No es que el PP sea la Unión Soviética ni que su congreso haya sido el Soviet, pero desgraciadamente el resultado se ha parecido.

Las voces críticas han callado, casi todas las familias y casi todos los señores de las taifas autonómicas populares han obtenido su poltrona en la dirección y “si te he visto no me acuerdo”. “Donde dije digo, digo Diego” y el partido es algo tan grande que todo lo abarca, en él todo cabe y, a partir de hoy (o ayer) cerramos filas y nos hemos fortalecido. Ahora todos somos de centro, pero no un centro cualquiera, no, somos de un centro reformista, progresista y capaz de hablar con los secesionistas vascos y catalanes. Así, lo mismo, el PP vuelve a gobernar, con el diablo, pero al fin y al cabo a gobernar. ¿Para qué?, es lo de menos, lo importante es gobernar.

Más del 80% de los compromisarios están de acuerdo con lo que ha ocurrido. Los que no lo están lo disimulan y todos guardan bien poltrona y sus lentejas o su caviar alrededor de un único líder protector de sus intereses. Ya veremos lo que opinan los ciudadanos en las urnas. Alguien pagará de su bolsillo el error o recogerá los beneficios del acierto. De momento, está claro que solo unos pocos se han atrevido a decir lo que pensaban y, parafraseando ShaKespeare, grave falta la suya y con su vida, política se entiende, la han pagado. No obstante creo que, en general, los políticos, no dicen lo que piensan y no hacen lo que dicen. Viven en un permanente “sin-vivir”: aparentar ser lo que no son para ser aceptados por sus enemigos, rivales y adversarios políticos. Todos se aproximan al centro para ser moderados y normales, aunque para ello deban renunciar a buena parte de sus principios.

Decía un aforismo latino: “In medio consisti virtus”, en el medio, en el centro está la virtud. Kane cree que en el medio solo hay mediocridad. Esto se ha encargado de demostrarlo el congreso de Valencia. Todas las disputas se han resuelto de manera satisfactoria haciendo que la excelencia pague de su bolsillo lo que es necesario para igualarse con el promedio.

Como conclusión decir que Kane que no es de centro ni reformista, en las próximas elecciones votará al partido que haga y cumpla una promesa electoral: devolverle el voto si no queda satisfecho. Pues eso que el PP devuelva su voto a los defraudados con su conducta. Tal vez de esa manera en próximas convocatorias electorales alguien les vote y consigan que el electorado español no quiera botarles de sus cómodos sillones políticos.

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