La pornografía y la violencia familiar

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El artículo de hoy esta bien como análisis de la violencia familiar pero le falta una causa que para mí es fundamental. Desde el 68 la pornografía y el erotismo sin amor invaden la cultura occidental. Ello conlleva considerar a las mujeres y los hombres como meros objetos de placer y por tanto capaces de ser poseídos. De ahí a la utilización de la violencia para conseguir el objeto de placer hay un paso muy corto. Por otra parte se quiere ignorar que el amor conyugal es un sentimiento fortísimo capaz de generar psicodependencias más fuertes que la droga a menos que a las personas se las eduque convenientemente en una sexualidad madura que pasa por el autocontrol sexual (Pureza) y sentimental (Control de emociones). Solo personas educadas en la pureza y el control de emociones son personas autónomas no dependientes de sus sentimientos y su sexualidad. Pero desde las televisiones y la publicidad se educa una y otra vez en el sexo pornográfico y cuanto antes mejor.....
 
(Lo que crea psicodependencia sexual) y la sensiblería (Que no sensibilidad) lo que crea psicodependencias emocionales. De tal manera que tenemos a mucha gente de todas las edades que son psicodependientes sexuales y emocionales (Psicodependencias de las que no son conscientes) y que además no valoran a los miembros del sexo opuesto como personas porque se les ha enseñado que son objetos de consumo sexual. A eso se le suma las series televisivas donde se glorifican y dan por buenas las faltas de respeto entre los esposos. Todo ello es un caldo de cultivo que necesariamente desemboca en la violencia familiar. Por todo ello la izquierda que es la principal responsable del libertinaje sexual es la principal responsable de la violencia familiar. La derecha simplemente no se entera y como en tantas cosas sigue el guión políticamente correcto que marca la izquierda. La iglesia católica hizo una vez una declaración en este sentido. 
 
La avalancha de descalificaciones contra la iglesia fue mayúscula y la iglesia católica cayó como hace en tantas ocasiones. Claro que la iglesia católica tampoco tiene muy claro el potencial benéfico y maléfico de las relaciones conyugales, prueba de ello es que sigue considerando las relaciones sexuales como malas excepto en caso de procreación. 
José Antonio Ruiz Aragón 

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